La conversación prosiguió, mientras yo deslizaba la mano por debajo de la mesa y rozaba la rodilla de Soo. Lo acaricié. Lo toqué. Lo provoqué.
—Kyung —dijo DaSom—, sigo teniendo muchas ganas de quedar contigo para comer, pero esta semana no me va muy bien. ¿Cómo te iría el miércoles que viene?
Yo seguí acariciándole la rodilla, pero estaba muy interesado en su respuesta.
—Los miércoles no me van muy bien —respondió—. Hay un socio que viene cada miércoles a visitar la Colección de Libros Raros y como no dejamos que nadie entre en la sala sin acompañante, tengo que estar todo el rato con él.
Casi me echo a reír.
Mi tía suspiró.
—Debe de ser un poco agobiante, pero supongo que son los inconvenientes de trabajar de cara al público.
—La verdad es que no me importa —contestó Soo—. Resulta reconfortante encontrar a alguien tan perseverante.
Dejé resbalar la mano por su rodilla. ¿Él creía que yo era perseverante? Estaba impaciente por demostrarle lo perseverante que podía llegar a ser.
—¿Y cómo te iría el martes? —preguntó DaSom—. No va también los martes, ¿verdad?
Me sorprendió mucho darme cuenta de que mi tía estaba tan interesada en pasar un rato con Soo y disfruté pensando en lo bien que lo había aceptado mi familia.
—El martes sí que puedo —convino él.
—Entonces tenemos una cita.
DaSom sonrió.
Volví a meter la mano debajo de la mesa para acariciar de nuevo la rodilla de Soo. Entonces SeHun me preguntó por las inminentes elecciones locales. Sabía que era incapaz de quedarme al margen de un debate sobre política. Pero no me importó, era una manera como otra cualquiera de alejar la atención de todo el mundo de mi mano izquierda.
«Eres mío —le decía con mis dedos—. Incluso en esta mesa. Puedo hacerte lo que quiera».
Y él me dejaría.
Le pasé el pan a BaekHyun. No podía decir que se mostrara cálido conmigo, ni mucho menos, pero tampoco ni la mitad de frío que fue en el hospital. Quizá algún día acabara dándose por vencido.
Luego me acerqué un poco más a Soo y fui subiendo la mano hasta su regazo. Solo era un recordatorio.
LuHan me hizo una pregunta y yo cogí los cubiertos cuando le contesté. Quería recordarle a Soo que no debía llamar la atención. Lo que estábamos haciendo era algo entre nosotros. A ojos de mi familia, solo éramos como cualquier otra pareja normal en una cena.
Pero por debajo de la mesa…
Bajé la mano para volver a tocarle la rodilla, pero él había cruzado las piernas. No podía permitirlo. Le empujé la pierna de encima y él separó las rodillas.
Mucho mejor.
Empecé a subir la mano y volví a concentrarme en mi ensalada.
Miré alrededor de la mesa: BaekHyun se reía de algo que había dicho ChanYeol y DaSom estaba hablando con LuHan.
Dejé que mi mente se perdiera en los planes que tenía para el resto de la noche.
Entonces Soo se atragantó y regresé al presente.
Le di unos golpecitos en la espalda.
—¿Estás bien?
—Sí —contestó, sonrojado de vergüenza—. Perdón.
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DOMINACIÓN (KaiSoo) +18
De TodoKim JongIn nunca pierde el control. Durante el día, y como presidente de Industrias Kim, dirige el consejo de dirección. Por las noches, como estricto y exigente dominante, impone su voluntad y sus normas en el dormitorio. Nunca acepta sumisos inexp...