🌼Capítulo 20.1🌼

387 48 0
                                    

Me pregunté si BaekHyun le habría contado algo a ChanYeol, pero entonces decidí que no debía de haberlo hecho. Era muy probable que no tuviera ningún interés en hablar con él sobre la vida sexual de su primo.

—Tampoco quiero que te dirijas a mí como Amo, Señor o señor Kim. Si te esfuerzas, te darás cuenta de que puedes evitar decir mi nombre. —Lo miré a los ojos. Aquella forma de vida suponía un equilibrio muy delicado, pero se podía lograr—. No quiero que me llames por mi nombre de pila a menos que sea inevitable.

Él asintió.

—Muy bien. Hoy —añadí, incapaz de borrar la excitación de mi voz—, vas a aprender algo más sobre el control.

Entonces la azafata entró en la cabina.

—¿Puedo servirles en algo a usted o al señor Do, señor Kim?

—No. Ya la llamaremos si necesitamos algo.

Ella sonrió.

—Muy bien, señor.

—A menos que la llamemos, pasará el resto del vuelo con el piloto —le expliqué a Soo y, desabrochándome el cinturón, le tendí una mano—. Cosa que no haremos. Ven conmigo.

Lo llevé a la pequeña habitación del avión y cerré la puerta.

—Desnúdate y túmbate en la cama.

Él había indicado en su lista que estaba dispuesto a probar los juegos con cera. Esos juegos con velas de verdad podían resultar muy intensos y no quería ir demasiado rápido utilizando la habitual cera de soja o parafina a la que estaba acostumbrado. Así que había encargado una especial para Soo.

Era una cera que se convertía en aceite corporal cuando se calentaba. Su punto de fusión era más bajo que el de la soja o la parafina. Me pareció la manera perfecta de iniciarlo.

Mientras Soo se desnudaba, yo me acerqué a la pequeña cómoda y saqué el calientaplatos térmico que había encendido antes. La cera ya se había fundido. Metí un dedo para comprobar la temperatura. Estaba perfecta. Luego me guardé un pañuelo en el bolsillo.

Soo estaba desnudo sobre la cama. Su sumisión era perfecta. Sin un ápice de duda. Incluso sabiendo que había una azafata rondando por allí.

Dejé el calientaplatos térmico en el suelo y luego cogí los brazos de Soo para separárselos bien.

—Si no te mueves, no te ataré.

Cogí el plato y me senté al borde de la cama.

—Esto es un calientaplatos térmico. Normalmente utilizo una vela, pero el piloto no lo permitiría. Y las normas son las normas.

Y yo casi siempre acataba las normas.

Un temblor de excitación le recorrió el cuerpo y se le endurecieron los pezones. Se le entrecortó la respiración solo un segundo.

Oh, sí. Él lo estaba deseando.

Me saqué el pañuelo del bolsillo.

—Esto funciona mejor con los ojos tapados.

Le rodeé la cabeza con el pañuelo, valorando su reacción una vez más y asegurándome de que estaba de acuerdo en seguir adelante. Su cuerpo temblaba de expectación.

—Hay mucha gente que siente placer al notar calor.

Volqué el cuenco para dejar que le cayera una gota de cera sobre el brazo. Solo una gota sobre una zona segura de su cuerpo, el mejor lugar para poner a prueba la cera y la reacción de Soo. Siseó al notarlo, pero fue un sonido de placer. Le froté el aceite sobre la piel, mientras le explicaba cómo funcionaba.

DOMINACIÓN (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora