Me sentía tan aturdido como un adolescente en su primera cita. Era cierto que había practicado mucho sexo en lugares públicos en el pasado: en un parque desierto, en un aparcamiento vacío, incluso en la popular última fila del cine, pero nunca me había aventurado con nada tan descarado como un estadio lleno hasta los topes, durante uno de los eventos deportivos más vistos.
¿Y si nos había enfocado alguna cámara?
Deslicé los dedos por el pelo de Soo y percibí el perfume de su champú.
¿Y a quién le importaba? Durante la media parte estaba todo demasiado oscuro, era imposible que nadie se hubiera dado cuenta.
Pero lo de volver al palco...
Yo siempre había sabido poner una cara de póquer excelente y era muy capaz de esconder mis emociones tras una fachada cuidadosamente construida, pero en ese momento no me veía capaz de borrar de mi rostro las pruebas de la increíble sesión de sexo que acababa de disfrutar.
Soo suspiró y me apoyó la cabeza en el hombro. Sabía que él tampoco sería capaz de disimular. Además, habíamos pasado demasiado tiempo del fin de semana entre familia y amigos. Quería estar un rato con él, aunque tuviéramos que compartir ese tiempo con los desconocidos sentados a nuestro alrededor.
Así que eso fue lo que hicimos durante el tercer cuarto: quedarnos allí sentados disfrutando el uno del otro. Fingiendo ver el partido.
Cuando ya faltaba poco para que empezara el último cuarto, Soo se movió sobre mi regazo y yo supe que si no volvíamos al palco ya, tendría que esconder mucho más que lo que habíamos estado haciendo. En realidad ya la tenía medio dura.
-Deberíamos volver al palco -le dije, pero lo agarré con fuerza y no dejé que se levantara-. ¿Sabes por qué hemos tenido que esperar?
Soo esbozó una serena sonrisa. ¿En qué estaría pensando?
-Porque tu cara lo revela absolutamente todo -contesté por él -. Eres un libro abierto.
Excepto en ese momento. En ese momento no tenía ni idea de lo que estaba pensando.
Se rio y el sonido de su risa me hizo sonreír. Lo había conseguido, lo había hecho reír. Por fin. Aunque no tenía ni idea de por qué.
-Será mejor que te cambies. -Hice un gesto en dirección a su ropa-. BaekHyun me cortará la cabeza si te ve así.
Cuando regresamos al palco, ya no volví a prestarle ninguna atención al partido. Solo me di cuenta de que había ganado Seúl cuando ChanYeol miró en nuestra dirección y le lanzó un beso a BaekHyun. Esperaba que supiera que me debía una muy gorda.
Soo y yo nos marchamos poco después de la entrega de trofeos. Le dije a DaSom que la vería para cenar el martes por la noche y me despedí de LuHan y SeHun. Abracé a este. Seguía un poco enfadado por las payasadas que había dicho durante el almuerzo, pero quería creer que tenía buena intención.
Cuando Soo y yo llegamos a mi avión, miré el reloj. Era muy tarde. Si fuera un domingo cualquiera, él ya se habría marchado de mi casa. Me moría de ganas de llevármelo a la habitación del aparato y hacerlo mío de nuevo, pero me contuve. Eso sería saltarse nuestro acuerdo y ya me había tomado demasiadas libertades con los límites del mismo.
Cosa que me recordó...
-¿De verdad me has reservado visita para el miércoles o solo se lo dijiste a DaSom porque sí? -le pregunté, consciente de que tendría que esperar hasta ese día para volver a estar con él.
Él esbozó una astuta sonrisa.
-Esperaba que quisieras pasar por allí.
Me había concertado una cita. Crucé la pierna derecha sobre la izquierda para esconder mi erección y sonreí.
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DOMINACIÓN (KaiSoo) +18
عشوائيKim JongIn nunca pierde el control. Durante el día, y como presidente de Industrias Kim, dirige el consejo de dirección. Por las noches, como estricto y exigente dominante, impone su voluntad y sus normas en el dormitorio. Nunca acepta sumisos inexp...