𝗢3; 𝗚𝗼𝗹𝗽𝗲-𝗯𝗲𝘀𝗼.

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Era bien conocido que ese grupo de jovenes guardaba secretos bajo sus sillas de montar, a diario habían entrenamientos para ellos, los dragones y futuros reclutas.

~Estamos bien así, no necesitamos a mas gente en el equipo. Pero sí otro equipo.

Explicó Astrid a la gente que se formaba fuera de la academia, aún tenían mucho que conocer a sus dragones, y no querían arriesgarse a volver a los tiempos del muerte roja, en cuanto conocieran mejor a sus dragones, y ganarán batallas fuertes, estarían dispuestos a entrenar a más gente con dragón, pero por el momento no.

~Astrid tiene razón, solo escuchen, los seis tenemos 17 años, han pasado dos años desde que nos acostumbramos a este estilo de vida.

Hipo miro a Astrid de reojo sonriendo levemente, ninguno admitía que se robaban uno que otro beso cuando nadie los veía, para Astrid era el golpe-beso cada vez que ella era la ladrona de los labios del castaño, y en cuando al castaño, era un cumplido-beso, no querían iniciar un noviazgo, aunque en secreto se amaran mutuamente. Hipo miró nuevamente a la gente para continuar hablando, su padre estaba supervisando de que no se mataran entre sí, apoyaba la idea de esperar un tiempo para entrenar a mas jinetes.

~Aunque nosotros no nos podemos llamar jinetes experimentados, tenemos lo necesario de nuestro dragón, los humanizamos para no matarlos, ¿quieren entrenar ya? No tendrán dragón, tendrán noches en vela y dolor en todo su cuerpo como nunca en su vida.

Dijo retador, los vikingos se hicieron una pregunta, ya que 3 de ese grupo pesaban menos de lo que su altura dictaba, por lo cual eran menos músculos, ¿como mierda no se han desarmado? Pero el caso, Estoico tomó la palabra serio, seis adolescentes por así decirlp tenían más voz en el pueblo que el mismo.

~Trabajaran como equipo antes de ser torturados, mañana visualizaran un verdadero entrenamiento de unos verdaderos jinetes, el que se va de esa visualización, queda fuera. ¡A sus trabajos damas y vikingos!

Ordenó, el pueblo entero se fué, incluyendo al jefe, quedaron los seis pubertos ahí, pensando en como demonios lograrían eso.

~¡¿Nos haremos daño físico mutuamente?!

Pregunto emocionado Brutacio golpeando a su hermana, Brutilda se quejó, los demás lejos del arbol genealógico de los gemelos los miraban confundidos.

~Dos cuerpos medio cerebro.

Se burló Patán mirando a los gemelos pelear, Astrid miró a Patán con una mirada sería, este de inmediato retiro lo dicho con la mirada.

~Odio admitirlo, pero para no tener que entrenar a más gente sin siquiera nosotros ser ‘expertos’ en esto, debemos causarnos daño físico, y así alejarlos. Suena algo egoísta, pero no quiero saber que unos inexpertos cayeron en trampas de cazadores.

Dijo Patapez analizando todo, los gemelos dejaron de pelear para mirar al rubio, las miradas de todos se enfocaban en el. Este en la palabra -expertos- hizo las comillas con su mano dominante.

~Entonces, hagamoslo, el otro año podríamos empezar con los que se queden mañana.

~Querido primo, ¡¿ACASO PERDISTE LA CABEZA?! ¡ESA GENTE NO SE IRÁ A MENOS QUE SEA IMPORTANTE!

Le grigo Patán a Hipo, todos ahí taparon sus oídos con sus manos asesinando a Patán con la mirada.

~Lo se cabeza de carnero, por eso nos torturaremos.

Contestó Astrid algo obvia, a la mayoría los llamaron para ayudar en ciertas cosas, incluyendo a Hipo, Astrid se quedaría a mejorar las habilidades de Tormenta, antes de que el castaño se fuera ella lo hizo.

~Hey..

Se quejo el castaño al sentir el puño de su amada secreta en su brazo.

~Esto por lo de mañana, y esto.

Lo beso suavemente, el beso rápidamente fue respondido por el castaño con dulzura.

~Por lo demás.

El no dijo nada, simplemente sonrió mirando a Astrid, el se fue en busca de su padre para ayudarlo.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora