𝗢8; 𝗘𝗻𝗳𝗲𝗿𝗺𝗼 𝗢3.

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~¿Creen que sea algo grave?

Preguntó Patapez restregando una camiseta de Astrid, ya casí acababan y tenían que hacer una cena, dejarlas en las cabañas de cada quien antes de salír vomitados, aunque no sabian si las chicas estaban vomitando al igual que Hipo, de echo nadie sabía si seguían vivos o qué.

~Ahg por favor, si Hipo se enferma desde ahí es mala señal.

De mala forma Patán contesto restregando con mas fuerza un pantalón de Patapez, Tacio los miro algo confundido.

~¿Y si acabamos esto y vamos a Berk?

~Bien.

Y así fué, fueron rapido a la cocina a terminar su cuidado de medicos, les dejaron la comida, tomaron sus dragones y emprendieron vuelo a Berk.

~Estoico nos matará.

Se altero Patán llegando a la mencionada isla, cuando tocaron suelo Estoico los miro serios, si no iba Hipo, Astrid ni Brutilda significaba que huían de algo.

~¿Ahora que paso con mí hijo y las muchachas?

Patapez tomo la palabra, esa mirada que dió Estoico sabía que algo había pasado.

~Se enfermaron.

~¿Y por eso huyen de la enfermedad?

~Jefe es conocido en la orilla del dragón que si Hipo se enferma es algo que ninguno se salva, todos  nos habíamos enfermado, menos el.

Aquellos tres muchachos se decidieron ir a dormir o cosas así, mientras que en la orilla era un precioso manicomio de vomito y fiebre.

~Te odio Abadejo.

Susurraron las chicas en coro, estaban tirados en el suelo de la cabaña de los gemelos, antes de que los demás se fueran los encerraron ahí, y así no pasarían más el virus.

~Me quieren..

La fiebre los empezaba a afectar, definitivamente necesitaban a Gothi, pero el caso, se la pasaron día y noche diciendo idioteces, vomitando lo que llegaba a sus estómagos. A la mañana, llego Estoico, Patán, Patapez, Tacio y Gothi para darles la medicina que necesitaban, casí por arte de magia volvieron a ser los mismos, Hipo y Astrid no perdieron tiempo, ya que rápidamente se unieron en un hermoso beso lleno de amor y afecto mutuo, Brutilda al no poder cumplir su labor de restregar la ropa le toco recogerla, entre todos lavaron las cabañas tanto por dentro como por fuerza, y de puro milagro los 3 hombres no se enfermaron, o eso creyeron hasta días después.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora