𝗢9; 𝗕𝗲𝘀𝗼𝘀.

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Día y noche pensando en que hizo mal, en que hizo para que ella lo odiara de la noche a la mañana. Todo el equipo tenía cosas que hacer, menos el, el siempre iba y hacía lo que más le gustaba, huir de su padre, huir por unas horas del legado Abadejo, ser un simple jinete, pero si eres jinete de un Furia nocturna olvidate de ser normal un tiempo.

~No se que hacer Chimuelo, no quiero tomar la jefatura de Berk, no ahora, Astrid por alguna razón me evita todo el tiempo y yo... ¡Ahg!

Grito frustrado, Chimuelo solto un pequeño gruñido de desacuerdo, Hipo resoplo algo desesperado.

~¿En serio piensas que te evito?

La melodiosa voz de Astrid hizo que el chico se sentará bien, miro a su amada con algo de nerviosismo, ella había escuchado todo lo que el había dicho hacía su propia miseria.

~Algo así.

Ella solto una leve carcajada que hizo que el corazón de Hipo se derritiera, el la miro confundido, quería una respuesta clara de lo que le pasaba a su Astrid.

~Solo corro de tu padre y Bocón, todo eso de que tu padre te quiere pasar el liderazgo, también me afecta.

Ambos soltaron una risa, decidieron aterrizar en una isla cercana y acampar ahí, solos acompañandose mutuamente. Se besaban con algo de pasión, sus hormonas querían más de lo que podían darse.

~Ay dioses..

Gimio Astrid sintiendo los labios de Hipo en su cuello, Astrid rápidamente alejo a Hipo de ella para evitar llegar al sexo antes del matrimonio.

~Calmemos las hormonas, ¿si? Quiero que nuestra primera vez, sea en ese mismo día después de celebrar.

Dijo coqueta, el solto una leve risa, ambos prendieron una fogata, hicieron un pequeño campamento, en el que se acurrucaron juntos. Ella escuchaba la respiración y el corazón de Hipo, la suave mano de Astrid reposaba sobre el pecho de el, a centímetros de la cara de ella. La mano izquierda de Hipo pasaba por la cintura y espalda baja de Astrid, siempre manteniendo la prudencia de no tocar su trasero, la mano derecha del castaño se posó sobre la mano izquierda de Astrid, mano la cual reposaba sobre su pecho, el suavemente beso el cabello de Astrid empezando acariciar su espalda.

~Te amo My lady.. Te amo tanto que moriría por tí.

Ella sonrió ante aquellas palabras, extrañaba todo ese lado romántico del jinete, extrañaba todo de el.

~Tambien te amo.

La rubia dirigió su mirada a la de Hipo, cielo y tierra se juntaron una vez más, sus labios se juntaron con todo el amor que sentían, hasta más, volvieron a la posición de antes, así quedandose dormidos, abrazados en una isla un poco lejana de Berk.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora