17; 𝗕𝗲𝘀𝗼.

681 47 1
                                    

¿Quieres saber algo? El tiene miedo, y ella no.

Cada vez que ella apretaba sus manos con las de el en cada embestida, el sentía que no la merecía. Realmente, nunca entendio que vió Astrid en el, era un flacucho que por así decirlo se sentían sus pulmones y se veía su corazón latir con fuerza. Incómodo.

~Planean iniciar una guerra contra Berk.

~Entonces apuremonos en las alianzas, así evitaremos una guerra.

Ambos discutían sobre las alianzas, el Consejo trataba de entender a los dos jóvenes jefes, pero en algo no podían contradecirles, eran de los mejores para evitar guerras, y para hacerlas ni hablar. Tenían suerte de que Hipo tenga algo de experiencia liderando, contando también con batalla, algo así ocurría con Astrid, la diferencia era que ella era una guerrera de nacimiento, no una líder de nacimiento, en cambio Hipo era un líder de nacimiento, mejoró sus habilidades de liderazgo y se hizo un guerrero. Uno de los más temidos del archipiélago.

~En barco estamos a 4 lunas a la isla de Arturo, y las demás islas estamos a 7 lunas. Además no quiero que me quiten la cabeza..

~Mmhj... Entonces cancelemos esas alianzas y busquemos nuevas.

~¿Con que explicación?

~Falta de recursos en el antiguo Berk y amenazas de guerra.

Eret no perdió el tiempo al escuchar lo último que su jefe le dijo, el sabía que cuando Hipo y Astrid hablaban entre sí, y el decía su palabra final en voz alta, era momento de que el entrara en acción. Tomo una hoja y un lápiz, empezó a escribir rápidamente lo que Hipo escribiría. Astuto.

~Disculpen interrumpir, pero tenemos que entrar a cocinar los yacks.

Entro una de las mujeres que preparaba la cena con otras mujeres y los panaderos sin falta. Hipo asintió dando a entender que la reunión dió fin, cada quien camino a sus destinos, Hipo y Astrid fueron a Thor sabe donde.

~Todo esto es demasiado para mí Astrid.

~Lo se, pero se que eres capaz de todo para controlarlo.

Como siempre, sus palabras fueron lo suficientemente efectivas para darle paz al castaño, ambos se confiaban ciegamente, ambos eran la pareja perfecta creada en el Valhalla. Ambos se juntaron en un suave beso, demostrandose todo el amor que se tenían, el puso sus manos en las mejillas de ella, y ella puso sus manos sobre las de el.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora