𝗢5;𝗗𝘂𝗰𝗵𝗮.

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~¿Quieres decir que me gusta Hipo?

Pregunto Astrid a su madre mientras lavaba sus ropas, para la suerte de la adolecente solo le faltaba colgarlas para que se sequen.

~He visto como se miran, ese jueguito de ambos de ‘golpe-beso’ en tu caso y en el de Hipo ‘cumplido-beso’, acepta que lo amas Astrid.

La mujer refregaba sin mirar a su hija, Astrid empezó a colgar su ropa en una cuerda, cuerda en el que solo los jinetes colgaban su ropa por el olor que desprendían si no eran lavadas con prisa, aunque los muchachos olieran bien, sus ropas la mayoría del tiempo después de una redada o algo así, apestaban, y acordaron que ellos tengan su propia cuerda. Astrid al oler la ropa de Hipo le recordo su olor, no pregunten porque la olio, simplemente la olio, y desgraciadamente aún apestaba, así que ella la tomo para lavarla nuevamente, y así fué, la volvió a lavar.

~Eso no significa nada para ninguno de los dos.

Se sonrojo un poco, mientras restregaba la camiseta de su amado para quitarle ese olor.

~Ajá, y yo nací ayer. Lavas su ropa Astrid, eso no significa nada.

~Tu ganas tu ganas, me gusta, pero no creo que su ‘novia dragón’ lo deje tener una relación.

Ambas soltaron una leve carcajada, Astrid colgo la ropa de Hipo donde antes estaba, beso la cabeza de su madre secandose las manos, para luego sibirse a Tormenta.

~Ire a entrenar, te veo luego.

~Con cuidado señorita.

~Lo tendré.

La dragona salió volando ante la órden de su jinete, llego donde entrenaría con los chicos, a una de las islas que rodeaba Berk.

~¿Por qué la gente no le dice nada a esos cabezas de carnero?

Preguntó Patán con la nariz tapada al igual que Patapez e Hipo, casí unos segundos después de que Tormenta tocará el suelo Astrid hizo cara de asco imitando la acción de ellos, cubrirse la nariz.

~Ash... ¿No se bañan después de entrenar?

Pregunto asqueada la rubia, Brutilda después de esa pregunta se cubrio la nariz por el asqueroso olor proveniente de su hermano.

~Yo si me baño, no soy tan mugrienta como Brutacio.

~Seh... ¡Oye!

No pudieron evitar soltar una risa, no dejaban de mirar a los gemelos, Brutilda se bajo de su dragón para acercarse a Tormenta, Astrid la dejo subirse, la gemela accedió a que Eructo y Guacara volaran sin ella.

~Ve a bañarte, ahora.

Ordeno Hipo, el muchacho se fue quejando a tomar una muy necesaria ducha.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora