13; 𝗕𝗿𝘂𝘁𝗶𝗹𝗱𝗮.

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Aunque Snoggeltog era para celebrar, ese año no, no había razón para celebrar, pero aún así lo celebraría. La gente se entregaba regalos en el gran salón, tomaban hidromel, jugaban, la pasaban en familia, Hipo tenía un vaso de esta misma bebida, estaba lleno, el resto de la pandilla también bebían al lado de el, estaban planeando hacer una escapada de Berk por una semana.

~¿Y si vamos a la orilla del dragón?

Pregunto Patán ya harto de la conversación, el era el único que no quería alejarse de la sociedad, sociedad que cada vez los llenaban más de prejuicios y límites, límites que no estaban dispuestos a cumplir.

~Bien, a la orilla será.

Finalizo la conversión Hipo.

A la mañana siguiente se fueron antes del amanecer, volaron por unos 20 minutos antes de llegar, al llegar limpiaron un poco, la verdad limpiaron todo el día. Ya en la noche Hipo preparó caldo de pescado, cosa que quedo deliciosa para todos, en especial para los dragones. Para más de uno era evidente que Hipo sería eo que alimentaria a sus hijos después de Astrid, ya que digamos que la joven Hofferson no tiene el talento nato de la cocina, a decir verdad, ni lo tenía.

~Dioses, tanto limpiar da hambre.

Agarro otro plato el Jorgerson para empezar a comerlo, por casí dos meses vieron a Hipo soltar una risa con dientes.

~Tu siempre tienes hambre Patán.

~Callate Astrid.

Se escucharon las risas de los muchachos, jugaron masas y garras un buen rato, hicieron básicamente de todo, nada se les escapó, querían quedarse hasta el amanecer, básicamente querían trasnochar, aunque a decir verdad ninguno era de esos de dormir tarde a menos que esten ocupados o en batalla.

~¡Ah por favor!

Se quejo Patapez al ver que le toco a el, estaban jugando a la botella, estaban con unos tragos encima, pero nada extravagante.

~Patapeeeeez... ¿Verdad o reto?

Verdad o reto, un juego que inventaron mientras que los gemelos giraban una botella, bueno era un vaso.

~Verdad.

Dijo seguro de si mismo, Astrid solto una risa algo traviesa.

~¿Aun te gusta Heather?

La mayoría solto una carcajada, se podría decir que Brutilda estaba lo suficientemente ebria como para no entender eso.

~Amo más a Brutilda, Hethear es un amor de la juventud.

Hablo como si fueran ansianos de 68 años apunto de morir, pero los demás solo se rieron aún más.

 

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora