𝗢7; 𝗘𝗻𝗳𝗲𝗿𝗺𝗼 𝖮2.

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Ahí estaban, gustando la deliciosa cena de Astrid, se veía asquerosa, pero su sabor era perfecto.

~¡Esto es delicioso!

Básicamente grito Brutacio, casí por dos minutos después Hipo llego al lugar, el chico se sento al lado de Astrid recargando su cabeza en el hombro de la rubia, la chica paso su mano por la cintura de el, beso su frente con suavidad.

~¿Quieres un poco? Es carne de jack bañada en salsa de verduras con un poco de caldo de jack en la salsa.

El asintió levemente, la temperatura bajo un poco, pero seguía existiendo. Los chicos se alejaron levemente de el, Astrid corto un pesado de carne bañandola en salsa, Hipo místico a lo que rápidamente lo termino vomitando sobre Astrid, la chica algo asqueada se levantó, mirando a Hipo, los chicos hicieron una cara de asco.

~Mejor... Mejor vamos a tu cabaña.

Lo cargo devolviendolo a su cabaña, saliendo de ahí se quito sus hombreras y camisa, justo Brutilda llego para mirar a Astrid de pies a cabeza, la ojiazul se estaba desnudando para quitarse el vomito de Hipo.

~Estan apretadas.

Dijo sería, nadie en el equipo entendía como las chicas se ponían las vendas, en ocasiones las chicas se les notaba algo asfixiadas, pero bueno.

~Tilda, sabes perfectamente que te dije esta mañana que lo suficientemente apretadas como para respirar una maraton Brutilda.

~Tu hiciste lo mismo Abadejo.

Aquella palabra hizo sonrrojar a Astrid, la hizo parecer un tomate, Brutilda solo una risa, Astrid cubrió su boca para estornudar se puso un poco mas  roja, Brutilda sabía que Astrid era delgada, nunca había visto la parte frontal de ella, se veían sus clavículas, costillas y el hueso de su cadera, básicamente desnutrida, se le veían cada hueso, aunque Brutilda pesaba unos 4 kilos mas que ella, no había nada que quejarse.

~¿Te bajo?

~Ya callate Tilda, te recuerdo que te toca lavar ropa, así que toma el vomito de Hipo, y deja mí vagina y su sangrado en paz.

Astrid le tiro su falda, pantalón, falda y camiseta, la chica lo atrapo mirando algo molesta a Astrid, Astrid se fué a su cabaña montada en su dragón, al llegar a esta se quito lo que le quedaba de ropa, se cambió de la ropa sin antes lavarse levemente para quitarse ese asqueroso olor de su amado.

A la mañana Astrid y Brutilda empezaron con temperatura, así que a los tres saludables hombres empezaron a lavar ropa.

~Ahg.. Alguien que me mate, justo el día de lavado tu hermana se tenía que enfermar.

Se quejo Patán restregando la dichosa camisa de Astrid vomitada, algunas prendas tenían sangre de heridas y unos pantalones de ambas mujeres con su sangrado menstrual.

~Al menos no estas lavando lo que sale de la zona de Brutilda.

Dijo algo asqueado Patapez restregando el pantalón de Brutilda con fuerza, parecía querer acabar con el pobre pantalón.

~Creo que me toco la pura ropa de nosotros e Hipo.

Dijo emocionado Brutacio, un milagro que el gemelo no se ha enfermado.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora