1𝗢; 𝗟𝗮𝗴𝗿𝗶𝗺𝗮𝘀.

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Aquella mañana Astrid abrio los ojos primero, sus dragones dormían como cachorros recién salidos del huevo. Estaba tan comoda en el cuerpo de Hipo, que no se quería mover ni un centímetro, así quería sus despertares, sus mañanas en los brazos de Hipo, y en sus brazos una pequeña criatura, pero aún no. Hipo se despertó viendo a su prometida a los ojos, unos hermosos ojos azules que iluminaban sus mañanas, se dijo a sí mismo.

“Así quiero mís despertares, esos hermosos ojos mirándome, su cabello un poco desordenado.”

~Buenos días.

La melodiosa voz de Astrid sono en la cabeza de Hipo, el sonrió ampliamente plantando un suave beso en la frente de ella, esa misma mañana hicieron de todo un poco, volaron nuevamente a Berk, para la dichosa carrera de dragones, carrera en la que ellos participarían, menos Hipo, que Thor sabe donde se metió.

Con celebraciones y demasiadas cosas en Berk llego el enemigo, Drago Mano Dura, la muerte de Estoico, la llegada de Valka, y el nuevo liderazgo de Hipo, todo eso combinado causaba una evidente caída emocional de la mayoría de la gente, en especial su líder.

~Hipo, despierta cariño.

Susurro Astrid al oído de Hipo, el se acurruco en el pecho de Astrid con más intensidad, había llorado toda la noche, no se quería levantar, simplemente llorar y llorar, Chimuelo se sentía culpable de que su jinete se sintiera así.

~Hipo, por favor, tienes que cumplir con tu deber.

Se empezó a hartar, a desesperar ella quería golpearlo para que se levantara, pero no podía, el estalló en llamas una vez más, Astrid lo arropó en sus brazos, dándole amor, amor que a el le faltaba.

~Ya cariño..

Acarició su cabello para ella soltar unas silenciosas lágrimas, también vió como una figura paterna, bueno como un tío y lucho al lado de el en más de una ocasión, ella planto un delicado beso en la frente de Hipo, el la abrazo con la poca fuerza que le quedaba.

~Todo va a ir bien Hipo, lo prometo.

Susurro acariciando la espalda y cabeza de Hipo, el simplemente se desarmó enfrente de ella, el quería gritar, mandar todo a la mierda. Su madre todo entro a la habitación, Astrid le hizo una seña para que saliera, ella con gentileza salió de ahí.

𝘾𝙖𝙨𝙩𝙡𝙚 𝙊𝙣 𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙞𝙡𝙡. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora