Capítulo 3

20.9K 1K 53
                                    

-Es un gusto conocerte Samantha. No habíamos oído mucho acerca de ti pero, lo bueno es que te conocemos- balbuceó mi padre bebiendo una copa de vino mientras almorzabamos.

-El gusto es mío señor Nicholson- murmuró tímidamente esa Samantha y sin querer hacerlo, lancé un poco fuerte mis cubiertos sobre mi plato. Estúpida, ni siquiera podía hablar. Y aun no sabía por qué demonios estabas allí.

-¿Y, cómo se conocieron?- preguntó Sally interviniendo y Samantha me envió una mirada. Estúpida, maldita estúpida.

-Oh, yo lo recuerdo- habló Tate porque notó que ninguno de los dos ibamos a hablar.- Estabamos en una sesión de fotografías y Samantha trabajaba como asistente. Recuerdo que luego los dos se desaparecieron y al final, los dos estaban juntos- rio mi hermano y me sonreí falsamente al ver a Samantha hacerlo. ¿Por qué era tan estúpida y... tan bella?

-Bien, trae otra botella de vino Andrew- ordenó mi padre y elevé una ceja hacia él.

-¿Disculpa? Yo no soy tu...- antes de poder acabar, Samantha, a mi lado, se puso de pie y mi mirada se fueron a sus piernas nuevamente.

-Yo me encargaré señor, no se preocupen- sonrió a mi padre y volteó hacia la cocina, con una caminata nerviosa que hacía balancear su trasero, donde mi mirada se perdió. Pero no era de esos balanceos falsos, que se hacen para presumir sino un sutil y tímido balanceo...

-Es bonita- comentó Sally interrumpiendo mis pensamientos de que alguien tan estúpida no debía tener un cuerpo como ese.

-Muy bonita, muy distinta a todas las zorras con las que te he visto- comentó mi padre y consideré la idea de lanzarle un tenedor a la cabeza cuando un ruido de cristal en la cocina me interrumpió.

-Denme un segundo- me puse de pie a prisa, ¿Qué había hecho la muy idiota ahora? Entré a la cocina velozmente y la encontré parada junto al grifo, con la mano bajo el agua.- ¿Qué pasó?

-Oh, señor Nicholson, deberá de quedarse allí. Una de las botellas se partió a la mitad cuando la saqué del refrigerador, de seguro por el cambio abrupto de temperaturas y corté mi mano. Lo siento mucho, le pagaré por el vino, no se mueva de su lugar, podría pisar un vidrio y...- balbuceó nerviosa una vez más y no sé el por qué, dejé de oirla. Solo veía sus labios, moviendose y deseaba acallarla mordiendolos.

-¿Todo está bien?- Tate se metió dentro de la cocina y la observó a ella, a mí y al suelo.- ¿Samantha, estás bien?- se acercó a ella y tomó una toalla limpia de un cajón, quitándo su mano del agua y envolviendola en la toalla.

-Gracias, estoy bien.- le dijo a mi hermano y pude notar la completa diferencia de la forma en que habló conmigo y la forma en la que lo hizo con mi hermano. Era más tímida con él, solo le dijo tres palabras cuando a mí me dijo más del triple.

-Andrew, trae algunas vendas ¿No tienes nada?- preguntó mi hermano un poco asustado.- Sientate Samantha, solo nos tomará un segundo. ¡Andrew!

-No, estoy bien- dijo Samantha una vez más y llevó su mirada hacia mí con ¿Temor? ¿En serio?- Limpiaré esto de inmediato, continuen almorzando por favor- mi hermano la vio y ella le respondió algo en un susurro. O quizás, otra vez, no estaba prestando atención a sus palabras sino a sus labios.

-Llevaré el vino entonces- mi hermano sacó una botella del refrigerador y salió de la cocina con paso apresurado.

-¿Puedo hacer algo por usted señor Nicholson?- me preguntó con esa dulce voz suya antes de dejar la toalla pintada de sangre en la mesa antes de enjuagarsela una vez más. Al ver que la sangre no se detuvo, consideré que debía tener compasión.

Honey Girl [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora