Honey Girl [TERMINADO]

Capítulo 21

Andrew

Maldición. No entendía que ocurría en mi mente. En la de Samantha. No entendía que ocurría en el mundo y porque después de tantas cosas que le dije (cosas que no entendí por qué dije) ella no hacía nada al respecto. ¿Hacía mal esperando que ella me dijera: "Andrew, me equivoqué, perdóname. Tengamos una relación."?

Es decir, ella era la egoísta, la complicada, la orgullosa... A la que yo quería. ¿No entendía eso? Había echado a Sally de la habitación porque quería demostrarle a Samantha que yo quería besarla, porque solo quería besarla; que le dije "Te quiero" porque simplemente lo hacía y que a pesar de que estuviera desnuda frente a mí, yo no quería verla, no por falta de deseo, si no por respeto, para que supiera que ella no era un trozo de piel para mí. ¿Cómo no lo entendía?

-¡Papá, Andrew!- saludó Tate en voz alta haciéndome olvidar mis pensamientos y suspiré aliviado de que hubiese llegado al campo de golf. Lo último que quería era darle más tiempo a Samantha, que, como imaginaba que sería, llevaba esa sexy uniforme para golf que Sally le había prestado y que ahora estaba paseando por el parque junto con esa zorra.

-Media hora de retraso.- le regañó Tim y Tate comenzó a reírse como un demente con toda esa alegría que solo él podía irradiar.

-Papá, si tengo que decidir entre ustedes dos y mi novia, en definitiva, perderán.- rio nuevamente e hizo una seña a la recepcionista tras el escritorio pidiéndole un lápiz y su anotador.

-¿Novia?- pregunté confundido y rio acomodándose mejor su bolsa con palos sobre el hombro.

-Sí, novia nueva pero pasión antigua.- volvió a reír y caminamos hacia fuera de la recepción, hacia el parque y nos detuvimos al pesar el césped. ¿De quién hablaría?- ¿Y qué con Samantha?

-Con Sally y el instructor nuevo.- respondió mi padre y volteé hacia él con los ojos como plato.

-¿Disculpa?- pregunté casi sin voz y él levantó su mano para señalar a la distancia. Él estaba casi ciego, pero notó mejor que yo que Samantha, Sally y ese instructor estaban en una de las colinas, y que las manos de ese sujeto estaban sobre el cuerpo de Samantha.

-Ah, le hubieras dicho a Samantha que yo podía enseñarle.- repuso Tate casi en burla y no noté para nada el momento en que me dirigí a los carritos estacionados, tomé uno y avancé para regresar a ellos.

-Súbanse y sujétense porque no pienso detenerme.- balbuceé con los dientes apretados y ambos me obedecieron, aunque no prestaba atención más a ese estúpido que sujetó las caderas de Samantha y se puso tras ella.

-¡Andrew, harás que el carrito se vuelque!- me gritó Tate pero no pude oírlo, pues en lo único que pensaba era en que ese sujeto acababa de susurrar algo a mi esposa y ella comenzó a reír por eso.- ¡Ve más despacio!

No me detuve hasta frenar con brusquedad junto a la colina. Los tres dejaron de reírse y le dieron la espalda a la colina para verme fijamente. El rostro de Samantha se tiñó de temor cuando me vio saltar del carro y pronto se puso de pie frente al sujeto.

-Oh, dios...- balbuceó abriendo sus brazos y no dejó de verme.- Detente.- me pidió y lo hice, me detuve en mi lugar pero no pude contener mi furia.

-Hazte a un lado.- pedí enfadado, apretando los puños y ella negó con la cabeza, haciéndome enfadar aun más.- Samantha...

-¡No!- me gritó y mis manos se aflojaron un poco.- Basta, tranquilízate, respira y voltea.- me ordenó pero a pesar de que mis manos se aflojaron un poco más, no pensaba voltear, pues tenía mis pies clavados en el suelo.- Discúlpalo, es mi esposo.- rio volteando hacia el sujeto y él se sonrió algo pícaro. Se inclinó para susurrarle al oído y Samantha rio una vez más. ¿Qué demonios...? ¿Se ponían a coquetear frente a mí?