Capítulo 43

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Andrew

-Sam...- pedí pero oí un "no" alejado del otro lado de la puerta.- Por favor...

-No, te lo advertí.- me reprochó y apoyé mi frente contra la madera. Hacía horas que me tenía allí afuera y al único que había dejado entrar era a su padre.

-Por favor, Sammy, no me dejes aquí.- le pedí y volvió a negar.- Sam...

-Basta, Andrew. No vas a entrar.- oí que estaba caminando de un lado a otro y me pregunté que hacía. No estaba muy concentrada en hablar conmigo en realidad.

-Ah, ya sé porque estás así...- bromeé y al parecer, eso la puso curiosa pues oí sus pasos acercándose hacia la puerta.- Quieres verme dormir en tu puerta para recordar los viejos tiempos.- su risita fue exquisita de oír.- Bien, estoy aquí sentado si quieres venir. Voy a tratar de ponerme cómodo con el frío que hace aquí.

-No exageres.- rio nuevamente, su voz alejándose de la puerta una vez más.

-Vamos, hablo en serio. Realmente hace frío.- le grité una vez más, sentándome junto a la puerta. Apoyé la espalda contra la pared y, con las piernas extendidas, golpeé el suelo con las palmas.- Te voy a cantar una serenata hasta que me abras...

-Mi vecino tiene una guitarra, diviértete.- me deseó Sam en broma y quizás no era mala idea. Me levanté y como el piso tenía solo cuatro departamentos, y en uno vivía una pareja de ancianos, me dirigí a la puerta que era desconocida para mí y golpeé la puerta.

-¿Quién?- gritó del otro lado y pensé en las siguientes palabras que usaría.

-Nadie que conozcas, el novio de tu vecina, ¿Tienes una guitarra que prestarme?- le pregunté y lo oí respirar pesado. De seguro se acababa de levantar de algún lugar.

-Claro viejo.- sus pasos se acercaron pronto y en cuanto abrió la puerta, una gran nube de humo salió del departamento. El sujeto de cabello castaño, largo, algo de barba y los ojos sumamente rojo. ¿Hay que aclarar que el humo olía a hierba?- Suerte con tu chica, amigo.

-Eh, gracias.- le sonreí, tomando la guitarra de sus manos y regresé a mi lugar junto a la puerta de Samantha, así como él regresó a su casa.- Sam...

-Andrew, estoy ocupada.- me respondió sin dejarme decir nada más y sonreí tocando algunos acordes. Recordaba una canción que podría cantarle.

-We do it all, everything, on our own...- sus pasos volvieron a acercarse.- We don't need, anything or anyone...- moví mis manos sobre la guitarra, tratando lo mejor que podía de seguir el ritmo.- If I lay here, if I just lay here, would you lie with me and just forget the world.- La puerta se abrió cuando cambié de ritmo y comencé con la segunda estrofa.- I don't quite know, how to say, how I feel. Those three words, are say too much, they're not enough...

-Bien, lograste convencerme...- dijo y levanté mi mirada a Sam dejando a un lado la guitarra. Se acercó y se sentó a horcajadas sobre mi regazo.- Eres todo un romántico.

-Solo contigo, chica de miel.- susurré antes de sujetar su mejilla y robarle un largo y cálido beso de sus labios.- ¿Te gustan las serenatas?

-Me gustas tú.- me susurró de regreso, rodeándome el cuello con sus brazos y apoyando su cabeza en mi pecho.- ¿Me sigues cantando, sí?

-¿Me dejarás entrar?- pregunté, y en medio de una risa, Sam se levantó lo suficiente para besar la comisura derecha de mis labios, dejándome con ganas de más.

-No podría dormir si tú no estuvieras conmigo.- me respondió, volviendo su cabeza a mi pecho nuevamente.

-I can't take my mind off you, I can't take my mind off you, I can't take my mind off you, I can't take my mind...- me interrumpió elevando su mirada hacia mí.

Honey Girl [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora