Andrew
-Sam...- pedí pero oí un "no" alejado del otro lado de la puerta.- Por favor...
-No, te lo advertí.- me reprochó y apoyé mi frente contra la madera. Hacía horas que me tenía allí afuera y al único que había dejado entrar era a su padre.
-Por favor, Sammy, no me dejes aquí.- le pedí y volvió a negar.- Sam...
-Basta, Andrew. No vas a entrar.- oí que estaba caminando de un lado a otro y me pregunté que hacía. No estaba muy concentrada en hablar conmigo en realidad.
-Ah, ya sé porque estás así...- bromeé y al parecer, eso la puso curiosa pues oí sus pasos acercándose hacia la puerta.- Quieres verme dormir en tu puerta para recordar los viejos tiempos.- su risita fue exquisita de oír.- Bien, estoy aquí sentado si quieres venir. Voy a tratar de ponerme cómodo con el frío que hace aquí.
-No exageres.- rio nuevamente, su voz alejándose de la puerta una vez más.
-Vamos, hablo en serio. Realmente hace frío.- le grité una vez más, sentándome junto a la puerta. Apoyé la espalda contra la pared y, con las piernas extendidas, golpeé el suelo con las palmas.- Te voy a cantar una serenata hasta que me abras...
-Mi vecino tiene una guitarra, diviértete.- me deseó Sam en broma y quizás no era mala idea. Me levanté y como el piso tenía solo cuatro departamentos, y en uno vivía una pareja de ancianos, me dirigí a la puerta que era desconocida para mí y golpeé la puerta.
-¿Quién?- gritó del otro lado y pensé en las siguientes palabras que usaría.
-Nadie que conozcas, el novio de tu vecina, ¿Tienes una guitarra que prestarme?- le pregunté y lo oí respirar pesado. De seguro se acababa de levantar de algún lugar.
-Claro viejo.- sus pasos se acercaron pronto y en cuanto abrió la puerta, una gran nube de humo salió del departamento. El sujeto de cabello castaño, largo, algo de barba y los ojos sumamente rojo. ¿Hay que aclarar que el humo olía a hierba?- Suerte con tu chica, amigo.
-Eh, gracias.- le sonreí, tomando la guitarra de sus manos y regresé a mi lugar junto a la puerta de Samantha, así como él regresó a su casa.- Sam...
-Andrew, estoy ocupada.- me respondió sin dejarme decir nada más y sonreí tocando algunos acordes. Recordaba una canción que podría cantarle.
-We do it all, everything, on our own...- sus pasos volvieron a acercarse.- We don't need, anything or anyone...- moví mis manos sobre la guitarra, tratando lo mejor que podía de seguir el ritmo.- If I lay here, if I just lay here, would you lie with me and just forget the world.- La puerta se abrió cuando cambié de ritmo y comencé con la segunda estrofa.- I don't quite know, how to say, how I feel. Those three words, are say too much, they're not enough...
-Bien, lograste convencerme...- dijo y levanté mi mirada a Sam dejando a un lado la guitarra. Se acercó y se sentó a horcajadas sobre mi regazo.- Eres todo un romántico.
-Solo contigo, chica de miel.- susurré antes de sujetar su mejilla y robarle un largo y cálido beso de sus labios.- ¿Te gustan las serenatas?
-Me gustas tú.- me susurró de regreso, rodeándome el cuello con sus brazos y apoyando su cabeza en mi pecho.- ¿Me sigues cantando, sí?
-¿Me dejarás entrar?- pregunté, y en medio de una risa, Sam se levantó lo suficiente para besar la comisura derecha de mis labios, dejándome con ganas de más.
-No podría dormir si tú no estuvieras conmigo.- me respondió, volviendo su cabeza a mi pecho nuevamente.
-I can't take my mind off you, I can't take my mind off you, I can't take my mind off you, I can't take my mind...- me interrumpió elevando su mirada hacia mí.
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Honey Girl [TERMINADO]
Romance¿Qué creerías de la idea de una mujer que será tu esposa sin conocerte? Sin conocerse en realidad, una boda parecería extraña, pero esta mujer esta entrenada para eso. El importante empresario Andrew Nicholson necesita estar casado para heredar la g...