Andrew
Balanceo de caderas. Oh, el golf comenzaría a ser mi deporte favorito, amenos que practicáramos tenis, sería igual de interesante. ¿Y qué el combate cuerpo a cuerpo? Si bien no la golpearía, podría tocar por todas partes para "enseñarle" a Samantha como golpear. Haría cualquier cosa si me mantenía pegada a ella.
-Señor instructor, son dieciséis hoyos, vamos por el séptimo ya. ¿No debería hacerlo yo sola?- preguntó mientras me pegaba a ella para ayudarla a tirar otro hoyo. Ya que nunca había jugado, un mini golf no se oía mal y mucho menos si era para una primera cita.
-No, cállate, eres mi alumna, me obedeces.- le susurré al oído y pegué mis caderas a las suyas antes de sujetar el palo con sus manos entre las mías.- Adoración, me encanta la manera en que agarras ese palo.- me burlé en su oído, juguetón y ella rio antes de inclinarse, golpeando su trasero con mi entrepierna.
-Y no sabes como soy con las pelotas...- me contestó poniendo la pelota en el suelo y se puso de pie nuevamente.- ¿Cómo crees que seré con ambas?
-Voy a tumbarte en el suelo y voy a hacerte muchas cosas duras para ti sino dejas de hablar en doble sentido.- le advertí y soltó una risita traviesa antes de voltear su rostro hacia mí y dejarme besarla dulcemente. Sí, exacto, dulcemente. Dulce como ella.
-Entonces, tomo el palo fuerte con mis manos, lo muevo atrás y adelante y luego le doy a la pelota y hago que se meta en ese hoyito, ¿Cierto?- preguntó aún con esa travesura en su voz y sin esperar un segundo, hice lo prometido. Le quité el palo y luego de dejarlo en el suelo, el siguiente en llegar a éste fue el cuerpo de Samantha, con el mío sobre el suyo.- Vaya, Andrew... ¿No sabes que se supone que nos daremos el primer beso en la tercera cita?
-Al diablo con todo eso, estamos casados, maldición...- advertí subiéndome a sus labios y los adoré en medio de esa sonrisa que no quería borrar.- Aun me debes mi noche de bodas...- balbuceé sobre sus labios, a pesar de que recordaba que me la había pagado muy bien.- O mi luna de miel...
-Tuvimos una muy bonita noche de bodas, me diste masajes y todo.- bromeó pero no la dejé hablar demasiado. No cuando tenía esos labios frente a mí, no podía resistirme besar esos labios de miel.
-Sí, te di masajes así...- balbuceé apretándole los senos suavemente y ella rio en medio de un gemido totalmente encantador.
-No,A ndy, no...- me pidió y la quedé viendo sorprendido. Andy... Dios santo, eso era tan...
-Dímelo de nuevo.- le pedí y ella sonrió antes de alcanzar mis labios con lentitud.
-¿Porqué debería? ¿Qué gano con eso?- me preguntó con picardía y sujeté sus manos para levantarlas y dejarla vulnerable ante mí.
-¿Qué quieres a cambio?- arrastré mis labios por sus brazos y al hacerlo, percibí lo frío de su piel.- ¿Tienes frío?
-Ese es uno de mis pedidos, Andy. Estoy muriéndome de frío y me gustaría acabar este juego, como si yo no fuera una novata y el que gana, tiene que hacer lo que el otro quiera por el resto de la noche.-sugirió y la besé unos segundos antes de ponerme de pie a prisa para ayudarla. Ya con mi mano en la suya, la moví de arriba a abajo.
-Acepto, buena apuesta, cariño. Prepárate para perder...- le deseé y puso la cabeza de lado viéndome divertida antes de voltear hacia el hoyo del mini golf.
-Bien...-se concentró en golpear la pelota pero podía verla temblar mientras extendía el trasero un poco más de lo normal. Era una pícara a pesar de que no lo parecía.- Veremos qui-quién es el que pi-pierde.- se estremeció y se aclaró la garganta.
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Honey Girl [TERMINADO]
Romance¿Qué creerías de la idea de una mujer que será tu esposa sin conocerte? Sin conocerse en realidad, una boda parecería extraña, pero esta mujer esta entrenada para eso. El importante empresario Andrew Nicholson necesita estar casado para heredar la g...