Capítulo 33

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Samantha

Diez días sin Andrew. Esto de la lista había sido bueno. Había razonado con Debra el primer día, sin contar que había empacado todas mis pertenencias. Hablé con Tate ese mismo día para informarle que la casa estaba vacía. Me sorprendió que no hiciera preguntas como "¿Dónde está mi hermano?" o "¿A dónde se fue?" pero supuse que él estaba enterado. Me quedaría en el departamento de Ronnie y Debra por un tiempo pero no para siempre, pues, había dos personas allí que no se llevaban ni un poco bien.

-¡¡Samantha!! ¡¡SAMANTHA!!- oí gritar a Debra desde la cocina y me levanté del sillón a prisa.- ¡ESE MALDITO GATO NO ME DEJA ACERCARME A MIS CEREALES!

-¡Tobby!- lo regañé acercándome a mi pequeño gatito para tomarlo de adentro de los estantes, donde se refugiaba y, ahora, donde protegía mis cereales favoritos.- Lo siento, debe estar inquieto por sus medicinas.- me excusé, pero sabía muy bien que, por alguna razón, Tobby odiaba a Debra. Días atrás y no puedo decir si con intención (aunque sí creo que haya sido con intención) Tobby se metió en su habitación e hizo pipí sobre sus zapatos.

-Maldito gato idiota...- lo insultó Debra y Tobby le enseñó sus garritas en un gruñido. Preferí acariciarlo para calmarlo y volví a pensar en la lista. ¿Lo ven? Este no era un lugar en el que vivir porque no se admitían gatos.

Al menos, ya había llevado a Tobby al veterinario, donde le dieron las vacunas correspondientes y debía tomar medicina para impedir que se enfermara con algún tipo de gripe gatuna. Me había conseguido un trabajo que, aunque no era tan bueno como ser secretaria de un abogado, tenía de ventaja tener a Debra como compañera... Pero el uniforme...

-Bradley dijo que le gustaba como te quedaba tu falda...- bromeó Debra sentándose a desayunar y moví mi cabeza para asentir. Me importaba poco y nada lo que decía ese machista de nuestro jefe.

-A Bradley le gusta cualquier cosa que pueda darle una buena vista a un trasero o a un escote...- balbuceé asqueada. Conseguiría lo más rápido que podía otro empleo, pero por ahora, tenía que trabajar en "La barba Escocesa".

-Bueno, entonces todas le gustamos...- comentó con "humor" mientras yo la veía feo. Podría lanzarle a Tobby como venganza pero yo no podía atreverme a hacerlo. Ella me había conseguido ese empleo y me había alojado en su casa, ella era mi hermana. Y no podía enojarme con ella.- Ah, Ronnie me dijo que ayer estuviste... Viendo cierto papel en la oscuridad, ya sabes, cuando fue a llevarte una manta...

-Me gusta ver papeles en la oscuridad.- contesté intentando no darle importancia. Claro que había estado viendo la tarjeta que Andrew me había hecho. La había estado viendo desde el momento en que me fui de la casa. Lo extrañaba, ¿Cómo no hacerlo? Lo extrañaba, y mucho.

-¿Es esa cosa que te dio el idiota?- preguntó y le di la espalda, porque para nada hablaría de todo esto con ella. Ahora que Andrew me había embarazado y se había ido, Debra lo odiaba más que nunca.

-Vamos, déjame comenzar la mañana en paz, por favor.- y se quedó en silencio. Porque, a pesar de que mi embarazo pudiera ser pequeño aun, ella creía que no debía de darme estrés pues le afectaría al bebé.

-Entonces, siéntate a desayunar pero lleva a esa bola de pelos lejos de mí.- me advirtió y me senté frente a la mesa solo para dejar a Tobby sobre mi regazo.

-¿Comemos tocino? ¿Sí?- le pedí y, bueno, había que admitirlo. Estaba aprovechando mi situación para pedir cosas cuando yo estaba demasiado cansada para hacerlas.

-Claro, cariño, todo lo que desees.- balbuceó, poniéndose de pie para besar mi coronilla y Tobby trepó velozmente por mi hombro para intentar atacarla.- ¡Gato endemoniado!

Honey Girl [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora