Samantha
Harry y yo tardamos casi dos horas en llegar al aeropuerto y el vuelo desde el que Chloe venía, estaba retrasado. Fueron cuatro horas inútiles en ese aburrido aeropuerto. En todo caso, fue tiempo que Harry y yo usamos para compartir un café (bueno, él un café y yo un té) y contar los hechos ocurridos durante el tiempo que pasamos alejados.
Aunque no podía sacarme de la cabeza mi hijito, al que por cierto extrañaba mucho, le conté a Harry acerca del regreso de mi padre, el de Andrew, y cuanto extrañaba a mi bebé. Porque los extrañaba, a todos ellos.
-Cuando me encontré con Andrew en Chicago, le pregunté que había pasado contigo y no quiso explicarme pero se veía tan triste, y eso me hizo sentir tan mal, por la manera en que te traté y no lo sé, no sabía que hacer. Eso solo fue unas semanas después de las llamadas y me aterré de que tú nunca querrías verme. Cuando me invitaste a visitarte, cada vez que me invitabas me sentía el estúpido más grande del mundo por no estar contigo para apoyarte...
-Y te extrañé, si tú hubieses estado de seguro no hubiese conocido a mi vecino que se me insinuaba y que era realmente un tipo malo.- le aseguré, bebiendo un sorbo de mi té de manzanilla.- Aun así...
-¿Y era guapo?- preguntó fingiendo estar serio y solté una carcajada ante su pregunta. Jugué con las migajas de pastel con mis dedos y elevé mi mirada hacia él intentando no decir nada estúpido.
-No tanto como tú pero...- comencé y fue él quien comenzó a reirse ahora.
Sorbí el resto del té y saqué el celular de mi bolsillo. Me sonreí cuando una barra de señal apareció en la parte superior de la pantalla y mensaje tras mensaje llegaron a la bandeja de entrada, todos anunciando que Andrew estuvo llamando y que por la falta de señal que había en el aeropuerto, ninguna de las llamadas había entrado.
-Oh, Andrew estuvo llamando.- comenté a Harry en voz alta y me llevé el teléfono al oído luego de haber marcado su número.- No hay tanta señal aquí.
-¿Quieres ir afuera? Yo estaré alerta por los vuelos que lleguen desde Chicago.- me aseguró y le sonreí en forma de agradecimiento antes de correr hacia las puertas de salida.
Afuera, la nieve caía sin detenimientos, ya había una alta montaña de nieve acumulada y por suerte, las barredoras pasaban cada media hora para limpiar las calles. Me abracé a mi misma al sentir el frío viento adentrándose debajo de mi abrigo y el sonido de llamada en espera se oyó en mi oído.
-¿Por qué demonios no contestaste mis llamados?- exclamó un poco bruscamente y fruncí el ceño a pesar de que lo extrañaba y lo amaba. Esa no era manera de hablarme.
-Porque estoy en el aeropuerto y no tengo señal en el móvil, mejor cuelgo, solo quería decir eso.- exclamé colgando la llamada rápidamente y me encogí aun más, abrazándome los hombros.
Andrew no tenía por qué comportarse como un cretino, y quizás yo debía intentar arreglar esas estupideces, ignorarlas o hacerle notar cuanto me molestaba, pero no podía evitar enfadarme.
El celular sonó en mis manos, brillando con el nombre de Andrew y aunque una parte de mí quería dejarlo esperando, para que sufriera y entendiera que no tenía ganas de hablar con él, esa era una gran mentira y lo amaba, así que contesté.
-Lo siento, no quería hablarte así. Te extraño, amor, estuve sin ti durante mucho tiempo y que ahora lo sigamos estando y que tú no estuvieras en contacto, yo, cariño...- sollozó y el corazón se me encogió por tristeza.- Lo siento, soy un estúpido, perdóname por favor.
-Esta bien, discúlpame también, debería haber intentado entender porque eres tan idiota en lugar de enfadarme también.- dije al teléfono y Andrew ahogó un nuevo sollozo, mientras yo enjuagaba una lágrima de mi mejilla.- No llores, por favor.
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Honey Girl [TERMINADO]
Romance¿Qué creerías de la idea de una mujer que será tu esposa sin conocerte? Sin conocerse en realidad, una boda parecería extraña, pero esta mujer esta entrenada para eso. El importante empresario Andrew Nicholson necesita estar casado para heredar la g...