Capítulo 39

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Andrew

He aquí mi hijo, la criatura más perfecta en la historia de la humanidad después de mi preciosa chica de miel.

Mi pequeño niño estaba llorando en brazos de Samantha mientras esperaba que lo amamantaran. La quedé viendo, antes de notar que ella me veía y compartimos una sonrisa. Quizás estaría todo bien, después de todo. Nos amábamos, amábamos a nuestro hijo, lo habíamos creado con amor. Dormir con ella había sido asombroso, pero casi ni pude permanecer dormido al pensar en él, en mi bebé.

En la enfermería lo mantenían a una cuna con calefacción, no quisieron dármelo la noche anterior y ahora le habían dado un suplemento de hierro a Samantha, así como le habían dado uno a Tristan para alimentarlo. ¿Cómo podía tener tan bajo peso? Oh, pero claro, si Samantha hubiese comido durante el embarazo, el bebé hubiera crecido correctamente y si yo hubiese estado con ella durante el embarazo, ambos estarían bien.

-Te amo...- dije de la nada, sorprendiéndola o a ambos, pues Tristan abrió sus ojos para verme en el momento justo en que me puse de pie para besarla. Era deliciosa, pero no la besaba por eso. No, la había estado extrañando todo el tiempo.

-Y yo...- la besé interrumpiéndola pero me aparté pronto.- ...A ti, ¿Qué pasa, Andrew?

-Solo quería que lo supieras.- volví a dejar otro beso en sus labios pero pronto me aparté. Besé a Tris esta vez, mi pequeño bebé.- Te amo a ti también, campeón.

-¿Estás despidiéndote acaso?- preguntó Samantha temerosa y negué con la cabeza, sujetándome de su mano mientras acercaba mi silla de los pies de la cama hasta junto a ella.- Sabes que no me importará lo que Debra diga si te ve aquí...

-No quiero que pelees con ella, pero está loca si cree que te dejaré.- intenté convencerla pero acarició la mejilla de Tristan y lo quedó viendo a él. Quizás no me creía.- Vaya...- balbuceé distrayéndome al ver a mi bebé y a sus preciosos ojos.- Nadie puede decir que no es mi hijo.

-Lo sé, tiene tus preciosos ojos.- contestó acomodándose mejor con el pequeño y cuando noté que sus mejillas estaban sonrojadas, supe inmediatamente por qué era.

-¿Estás así de tímida porque lo estás alimentando?- pregunté levantando mi mirada a sus ojos de miel y ella asintió. ¿Era en serio?- Sammy, Sammy, ¿Acaso no recuerdas como se crean los bebés?

-Andrew, por favor...- me pidió, el ardor de sus mejillas creciendo. Me senté a su lado en la cama y posé mi mano en alrededor de su cintura.- Es... Vergonzoso, ¿Sí? No estoy acostumbrada.

-¿Dormías desnuda sin mí?- pregunté de la nada, sorprendiéndonos a ambos una vez más y Samantha soltó una risita.

-Cuando éstas me dolían mucho...- confesó en voz baja, señalándose el pecho y exclamé un "Uh" lleno de interés que la hizo sonrojar aun más.- Andrew, no hubiese sido así si tú...

-No, claro que no. Si yo hubiese estado, tú ni siquiera hubieras dormido...- bromeé en su oído, apretando mis labios contra su piel y ella se encogió soltando una risita.- Es extraño, Sammy, que te extrañé de todas las formas en que podría extrañarte, pero no te extrañé de esta manera principalmente. Quiero decir, te extrañé muchísimo pero no te extrañé pensando que lo primero que haríamos juntos era sexo o algo extraño y...

-Basta de decir la X. Ex, ex, ex... La dijiste demasiado.- rio divertida y presioné un nuevo beso en su mejilla. Dios, ¿Cómo había podido estar lejos de ella?- Andy, ¿Será posible comer un postre de chocolate?

-Lo haré posible si no lo es...- le susurré, la voz tan baja como podía al ver que Tristan respiraba pesadamente por estar dormido. Mi teléfono sonó de repente, haciéndole abrir los ojos y lo saqué de mi bolsillo pronto.- ¿Hola?

Honey Girl [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora