Capítulo 31

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Andrew

-Te amo...- volví a repetir, se sentía tan bien decir esa palabra. Se sentía tan bien admitirlo finalmente. Se sentía demasiado bien saber que eso era lo que estaba sintiendo por Samantha desde el día en que llegó a mi vida.- Te amo, Sammy...- susurré y limpié la lágrima que corrió por mi mejilla.

Me levanté de la cama y recogí nuestra ropa del suelo. La puse sobre los pies de la cama y me tomé otro segundo para observarla dormir. Samantha, ella tan perfecta, tan única, tan mía.

-Sammy...- la llamé pero ni siquiera se inmutó. Llevaba solo dos horas de dormida, y ya estaba muy sumergida en el sueño.- Vístete Samantha, ven aquí...- le quité las sábanas de encima y disfruté de ver su cuerpo una vez más... Una última vez.

-No...- balbuceó con los ojos cerrados, acomodándose en posición fetal. Me sonreí, porque esa chica siempre provocaba estas reacciones en mí y le puse lentamente sus bragas. Creí que abriría sus ojos cuando volví a depositarla sobre la cama pero solo se sonrió sujetándome la mano.

-Ahora la camisa...- le advertí, metiendo lo mejor que podía sus brazos dentro de las mangas de la camisa. Me incliné para besar su pecho, y escuchar su corazón antes de cerrar los botones. Ese corazón latía por mí, no debía olvidarlo.- Ya está, ¿Lo ves? No era la gran cosa...- contesté y sonrió una vez más.

-No, no lo veo...- susurró dormida y su respiración regresó a ser la misma respiración pesada que tenía desde hace horas.

Volvía a dormir, plácidamente, abrazando el sitio en el que antes había estado mi cuerpo. Mi cielo, como amaba a esta chica. ¿Por qué tenía que haber sido tan estúpido? ¿Cómo es que había ganado todo y lo perdía tan pronto? Mi esposa, mi esposa falsa que ahora era la mujer a la que más amaba en el mundo. A la que siempre amé sin notar que la amaba. Y la dejaba...

Me levanté y saqué mis maletas del armario, las abrí en el suelo y comencé a guardar todas mis cosas en ella. Demonios, ¿Existe alguien más estúpido que tú, Andrew? Mira lo que has hecho, arruinaste su vida y luego de todo lo que sufrió, posiblemente la hagas sufrir más... 

Pero hay una gran responsabilidad si me quedaba y yo no la quería. Apoyaría en todo a Samantha, e intentaría ayudarla, pero yo no iba a tener un hijo, a pesar de que había sido mi error no haber usado un maldito condón cuando hicimos el amor por primera vez. Porque ahora lo comprendía bien. Toda esa lentitud, esa suavidad, ese cuidado por hacer perfecta la primera vez de Samantha, había sido mi primera vez también... La primera vez que le hacía el amor a una mujer.

Y ahora echaba todo al diablo. ¿Qué demonios estaba mal conmigo? Esta chica era la perfecta para mí y yo... Me iba. La dejaba... Me odiaría de por vida, incluso aunque no regresara... Otra vez estas lágrimas, ¿Por qué me ponía a llorar si esta era mi decisión? Podía dejar de hacer las maletas y acostarme junto a ella una vez más, acostarme con ella y olvidarme del mundo...

La puerta de mi armario se cerró bruscamente y observé hacia atrás esperando una reacción de Samantha.

Nada.

Una parte de mí quería que permaneciera así de dormida toda la noche, pero otra parte de mí quería que me oyera, que despertara y se levantara preguntándome que hacía. Entonces yo le explicaría todo lo que había hecho, todo lo que habíamos hecho: su primera vez, la falta de protección ese día, el embarazo, las pruebas que le había ocultado, mis problemas con la responsabilidad de un niño... Y ella me acunaría en su pecho, tranquilizándome, diciéndome que sería sencillo si estábamos juntos, si lo intentábamos...

Honey Girl [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora