Honey Girl [TERMINADO]

Capítulo 10

-Samantha-

Luego de nuestro desayuno, nuestro delicioso desayuno en el que no dejé de hablar, de mi pasado y mis recientes cambios de vida, regresamos dos horas después, riendo como si nos conociéramos de toda la vida, durante todo el camino e incluso cuando bajamos del auto.

-... Y entonces se cayó de cara de la bicicleta que tanto presumía justo en el lodo...- acabé con mi anécdota y Harry se rio conmigo, haciéndome sentir muy bien, por suerte.

-Se lo merecía...- rio ya que hacía rato desde que le contaba acerca de mi niñez y la enemistad que tenía con Kiera, la chica que me molestaba todo el tiempo. En el momento que iba a girar la perilla, la puerta se abrió y Andrew esperaba adentro con el rostro serio y los brazos cruzados.

-¿Qué demonios haces aquí...?- no sé a quien se lo dijo pues su mirada viajaba de Harry a mí y de nuevo a Harry.

-Si te refieres a mí, no estoy seguro pero creo que me llamaste para arreglar algo del contrato.- dijo Harry con un poco de desdén y Andrew lo observó aun más serio antes de verme a mí.

-¿Y tú qué? ¿Te desapareces dos horas y vuelves con... Él?- me preguntó con ironía y enojo.

-¿Qué esperaba? ¿Que me quedara aquí mientras su acompañante se comía mi desayuno?- le devolví y me sorprendí tanto del tono que había utilizado. Por la mirada de Andrew, estaba segura que él también se había sorprendido.

-Te dije que sentía eso, Samantha pero tú...- pasé por su lado ignorándolo pero me detuve a mitad de las escaleras y volteé hacia ellos.

-Gracias por llevarme, Harry... Y por el desayuno...- le dije y subí un escalón más, sonriendo por la gran sonrisa que había provocado en Harry y el ceño fruncido en Andrew.- Y por hacerme reír, hace días no me divertía así...

No entendía por qué dije eso, porque sabía la reacción de Andrew ante eso pero de todas formas lo dije. ¿Estaba queriendo que se enfadara? Bueno, para responder mi pregunta y sorprenderme aun más de mi misma, volteé una vez más hacia ellos para descubrir que ninguno de los dos había quitado su mirada de mí.

-Disculpe, Andrew...- llamé su atención y su expresión pareció relajarse.- ¿La mujer con la que estaba esta mañana ya se fue o también deberé resistir que me robe mi habitación?- pregunté y su ceño se frunció como nunca antes.

Volteé con una sonrisa de diversión en mi rostro y continué subiendo los escalones. Claro que logré entenderme en ese momento. Quería molestarlo porque por su culpa me molesté en la mañana, porque él me había arrebatado mi desayuno y... No, ni siquiera me importaba el desayuno. No quería admitirlo, pero lo que me molestaba había sido esa mujer. Me había molestado que lo besara de la forma en la que yo lo había hecho, de la forma en la que yo quería besarlo. Por primera vez en mi vida, golpeé un objeto por estar enfadada y no noté que al hacerlo, un espejo que estaba sobre la cajonera detrás de la puerta se cayó y se partió en varios pedazos.

-Demonios...- balbuceé inclinándome al suelo para levantar los trozos de cristal lentamente, intentando no cortarme.

-¡Samantha!- gritó Andrew enojado desde afuera y antes de lo que esperaba, la puerta se abrió con brusquedad y me dio en el rostro. Me dejé caer hacia atrás, olvidando los cristales y concentrando en sujetarme el ojo derecho con la mano.- ¡Samantha!- esta vez, su grito fue por temor y se acercó a mí.- Lo siento, lo siento...

-Estoy bien.- le dije lo más fría que podía apartándolo con mi mano libre mientras intentaba sentarme.

-Lo siento...- pidió nuevamente acercándose a mí y lo aparté de nuevo.- Yo... No sabía que...