Capítulo 4

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Se había instalado en su lugar favorito de la pequeña biblioteca en el edificio del hogar. Los niños solían jugar a esa hora, así que todo estaba en paz. Estaba rodeado de cuadernos, libros viejos y gastados, un par de lápices mordidos y gomas rotas. Estaba tan concentrado estudiando que no escuchó los pasos acercándose hasta que Ten movió la silla para sentarse frente a él.

—Lo siento, cariño —se disculpó por el ruido—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —contestó Kunhang, aunque le hubiese gustado quejarse un poco por la irrupción—. ¿Qué está haciendo aquí?

—Visitándote, cariño —le sonrió—. Pero tú sigue estudiando, solo verte me hace feliz.

Kunhang asintió y continuó, sabía que podía estar siendo grosero, sin embargo, era parte de su rutina, no podía descuidar su futuro. Él debería entenderlo.

Estuvo bien los primeros segundos, pero entonces Johnny apareció, no respetando el silencio del lugar con sus fuertes pisadas y un alegre saludo. El hombre sostenía una bolsa con pasteles en una mano y una bandeja con vasos en la otra.

—Debí preguntarte que te gustaba antes —se lamentó el más alto acercándole un pastel de matcha junto con un jugo helado de fresas.

Él no era muy fanático del té matcha, pero no quería ser un malagradecido así que mintió diciendo que era su favorito, no se arrepintió mucho de la mentira luego de ver como Johnny y Ten se alegraban.

En verdad eran un par extraño, no estaba seguro de sentirse cómodo con ellos en un futuro cercano.

Johnny se despidió rápidamente después de que el chico respondiera incómodamente cómo había sido su día. Realmente no entendía por qué siempre le hacían ese tipo de preguntas, ¿qué se supone que debía responder para no sonar como si odiara la escuela, pero dentro del rango de lo que una persona normal diría?

Antes de irse, el adulto le dio a su pareja con un beso en la boca y uno en la frente, Ten lo despidió con un "te amo". Kunhang recibió una suave caricia en el hombro, realmente no le gustaba que lo tocaran, pero su mente estaba más curiosa por la reciente muestra de cariño entre ellos así que no tuvo tiempo de actuar al respecto.

Solo con Ten ahí, intentó seguir estudiando por un par de minutos, pero la intensa mirada del adulto sobre él lo hizo sentir demasiado autoconsciente como para continuar así que con pesar dejó sus útiles a un lado y le prestó atención, le mostró una suave sonrisa al preguntarle cómo había estado sin estar realmente interesado. Esperaba que se fuera después de que hablaran un poco.

Terminó siendo informado de que Ten era fundador de una academia de baile y que estaba trabajando como coreógrafo para una de las más grandes empresas de entretenimiento, parecía bastante apasionado al respecto.

A Hendery le había desagradado el hombre un poco al principio, le pareció que su personalidad era forzada, pero mientras hablaba con él se dio cuenta de que era muy amable y simpático, el hombre parecía irradiar felicidad y sin darse cuenta siguió haciéndole preguntas solo para verlo sonreír.

No era muy mayor así que había algunas expresiones que lo hacían ver realmente joven, como los ojos gatunos, el cabello sobre la frente y la sonrisa mostrando los dientes. Hendery no pudo evitar preguntarse si algún día él podría sentirse tan feliz que todo el mundo lo notaría y se sentirían alegres con solo tenerlo cerca, como se estaba sintiendo él en presencia de Ten.

—Quiero decirte que puedes contar conmigo para ayudarte en tus tareas, pero eso no es mi fuerte —suspiró Ten.

Hendery sonrió sin darse cuenta y le aseguró que no importaba porque sus notas ya eran muy buenas estudiando por su cuenta.

—¿Qué es lo que te gusta, cariño? —Preguntó Ten.

Hendery respondió rápidamente las materias en las que le iba mejor, pero el adulto lo interrumpió repitiendo la pregunta.

—Quiero saber las pequeñas cosas —aclaró—. ¿Cuál es tu lugar favorito en el mundo?

— Me gusta... esta biblioteca —respondió extrañado.

Realmente odiaba las interrogaciones, sin embargo, se encontró dando respuestas sinceras a las pequeñas preguntas sobre cosas que a su parecer eran insignificantes. Cuando lo notó, se convenció a sí mismo que era porque Ten era bueno escuchando, lo miraba con ojos expectantes y hacía comentarios que lo incentivaban para que siguiera hablando.

Todo estaba yendo muy bien, hasta que Johnny llegó para recoger a su esposo y una información que no esperaba le fue entregada.

—Estoy celoso porque ustedes pasaron mucho tiempo solos —se quejó el más alto.

—Aún tenemos un ratito más, ¿no? —Preguntó Ten mirando la hora, sorprendiéndose—. Oh, el tiempo pasó volando, me encantó hablar contigo, Hendery. Eres un niño increíble.

El chico se dejó mimar, sonriendo pequeño, aunque quería dejar salir una gran sonrisa.

—Quiero dejar que estén juntos más tiempo, parecían estar en algo interesante —comentó Johnny—, pero si no nos vamos ahora Haechanie dirá que somos malos padres y lo usará para causar caos sin consecuencias.

Eso alertó al chico, se dio cuenta de que no fue disimulado porque los adultos lo miraron como si se hubiesen dado cuenta de algo importante.

—Dios mío —exclamó Ten—. No te hemos hablado de Haechan, nuestro hijo.

Fue como golpe en el estómago. No es que no quisiera hermanos, después de todo, crecer en el hogar era como tener muchos de ellos, pero era una bandera roja sin duda.

—Haechan es un año menor que tú —siguió Johnny—. Te lo presentaremos pronto, ¿eso estaría bien?

Aunque asintió no se sentía bien. No había forma en que se sintiera bien. Ellos no iban a adoptarlo, incluso si ahora parecían seguros, no iban a completar el papeleo, no faltaba mucho tiempo para que escogieran a un niño, uno pequeño, y lo dejaran. Nadie adoptaría un adolescente ya teniendo uno, era ilógico.

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Estoy teniendo un bloqueo horrible, perdonen lo feo que está.

Sunflower | NCT/WAYVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora