Los cumpleaños eran los eventos más esperados por los encargados y los niños en el hogar. Siempre se celebraban con una colorida fiesta, había globos, serpentinas y dulces. A Kunhang no le gustaba celebrar su cumpleaños, pero ayudaba a decorar y se esforzaba por entregar un presente en los días especiales de los otros niños.
Ese día estaban celebrando un cumpleaños doble pues dos pequeños tenían solo un día de diferencia en edad. El único adolescente estaba sobre una silla colgando globos, recordándole a Sungchan que lo sujetara cada vez que escuchaba a algún otro niño corriendo demasiado cerca.
—Ellos están aquí —comentó el niño con tono sorprendido.
Kunhang estaba demasiado ocupado para prestarle toda su atención así que preguntó un "¿ellos quienes?" con desinterés. Supo a quienes se referían cuando Ten exclamó su nombre desde la distancia, acercándose rápidamente junto a Johnny dentro de un enorme traje de oso.
Su primer pensamiento fue huir, si no hubiese estado en una posición peligrosa lo hubiese hecho de inmediato. Sungchan desapareció rápidamente en silencio, impidiendo que inventara una excusa que sonara realista para no enfrentarse a la pareja.
—¿Necesitas ayuda, príncipe?
Ten no esperó una respuesta, comenzó a arrastrar una silla cerca de la del chico con una gran sonrisa. Johnny se quitó la gran cabeza del disfraz para reírse de su esposo.
—Y tú lo vas a ayudar porque eres tan alto —se burló.
Ten se giró con el rostro fruncido, levantando la silla en posición de ataque.
—Ah, así que quieres que peleemos frente al niño.
Kunhang comenzaba a estresarse. La pareja no había aparecido en unos días, aunque le enviaban mensajes de buenos días, de buenas noches y a veces por las tardes recordándole que tomara un descanso de estudiar, pero el no haberlos tenido físicamente cerca lo había hecho sentir que las cosas eran como antes, cuando ellos no existían en su vida.
Ahora que los tenía cerca otra vez lo hacían sentir extraño, como si estuvieran invadiendo su zona segura. Realmente no le gustaba.
Por suerte, Johnny se fue a jugar con los niños en cuanto uno de ellos se dio cuenta del oso gigante en medio del patio. Ten intentó ayudarlo con las serpentinas y globos, pero hablaba más de lo que movía las manos, agradeció mucho cuando Seulgi lo llamó para que ayudara con otras cosas.
—¿Por qué estás poniendo esa cara de nuevo? —Lo regañó la cuidadora, aunque no estaba enojada—. Creí que ya te agradaban un poquito.
Kunhang suspiró en silencio, cambiando el tema de inmediato, pero eso lo hizo peor. Seulgi comenzó a hablar sobre lo amables que la pareja Suh eran y lo agradecida que estaba por su apoyo al hogar.
—¿Por qué? —El chico interrumpió con molestia que no alcanzó a disimular. Ni siquiera sabía por qué estaba molesto—. ¿Porque vinieron hoy vestidos como payasos?
La mujer lo miró con una expresión que Kunhang no supo descifrar y respondió con voz calmada:
—Porque su familia ha auspiciado todas las fiestas de cumpleaños desde hace diez años.
Eso calmó la molestia irracional del adolescente con rapidez, deseó haberse mordido la lengua antes, porque ahora se sentía un tonto, tal vez le debía una disculpa a Ten y a Johnny porque parecía que su cerebro inventaba razones para que no le agradaran.
—Aunque esta es la primera vez que vienen a compartir un cumpleaños, me pregunto por qué.
La mirada que le dio la cuidadora lo hizo sentir como si fuera un niño pequeño, podía sentir la molestia abriéndose paso otra vez en su sistema. Ese día estaba sintiéndose especialmente molesto con todo lo que tenía referencia a la pareja.
—Hendery, está bien si admites que extrañaste sus visitas.
Eso fue todo. El chico juntó los labios con fuerza para evitar decir algo de lo que se arrepentiría y se alejó con pasos largos.
Por supuesto que no los había extrañado. Ellos siempre estaban molestándolo, Ten hablaba mucho y Johnny decía bromas aburridas. No había extrañado nada de eso. Para nada. Ni un poquito.
Creyó que su humor mejoraría al jugar con los niños, pero cuando llegó al patio la escena lo hizo sentir aún más molesto. Johnny tenía a un niño colgando en cada brazo y Ten cargaba a una de las niñas. Y Kunhang lo odió.
Muchas emociones negativas hervían en su piel, cuando se dio cuenta se forzó a respirar profundo hasta comprobar en el reflejo de una de las ventanas que no había rastro de la expresión amarga que había tenido en la última hora. Se recordó que ya estaba grande para causar una escena, que era demasiado grande para no controlarse, demasiado grande para provocar inconvenientes.
Se mantuvo alejado de ellos lo más que pudo, concentrándose en ayudar a los cuidadores, pese a que todos trataban de empujarlo más cerca de Ten y Johnny. Pero no, eso no pasaría porque ellos seguían jugando con otros niños, cada vez que los veía su enojo crecía más, no quería verlos ahí, ¿por qué no podían solo irse?
—Ellos son como soles —Comentó Joy demasiado cerca de él.
—Si son soles, entonces Hen debe ser un girasol porque no deja girarse a verlos.
Seulgi y Joy rieron como si de verdad fuese divertido. Ellas no entendían, ¿cómo no podían ver que ese era su fin? Ten había estado sosteniendo a la pequeña todo ese tiempo, sería ella la que acabaría siendo parte de su bonita familia, no él. No podía ser él. Porque ellos eran resplandecientes soles y él no era un girasol, era una piedra viviendo en la tierra donde crecía un girasol.
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Sunflower | NCT/WAYV
FanfictionUn verano soleado, un chico asustado y una familia con mucho amor para compartir. ↪Secuela de Sunshine. ↪Casi 10 años después del epílogo de Sunshine.