Capítulo 24

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Suponía que podría no ser su mejor idea, pero después de recibir un mensaje de un muy molesto Sungchan, no podía quedarse más tiempo sentado en la sala de clases. La escuela había sido lo más importante en su vida por mucho tiempo, pero sus padres le habían dicho que estaba bien tener otras prioridades, así que no debería haber mucho problema, solo tenía que asegurarse de cubrir todo.

—Escapaste de la escuela una vez, ¿cierto? —Le preguntó a Renjun una vez que el grupo de amigos los dejó atrás.

El menor negó con la cabeza y levantó tres dedos, corrigiéndolo.

Con ayuda de Renjun logró salir del edificio sin ser visto por las cámaras ni atrapado por algún adulto. Xiaojun le había prometido poner mucha atención en las clases para poder pasarle los apuntes y Lucas tenía ocho mentiras listas en caso de que alguien notara la repentina ausencia. Todo cubierto.

Se dirigió al punto de encuentro que Sungchan le había propuesto con el corazón saltándole con fuerza en el pecho. Nunca se había escapado de la escuela, estaba amando la adrenalina.

Corrió con una gran sonrisa al ver un muy alto niño usando uniforme escolar frente a una cafetería. No había pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto, pero a Hendery le parecía que el pequeño había crecido muchos centímetros, se sentía tan enorme entre sus brazos.

—¡No me toques! ¿Qué te pasa? Aléjate —Sungchan lo empujó lejos, había una muy obvia expresión de desagrado en su cara—. No seas raro.

—¡Feliz cumpleaños, Sungchannie! —Lo felicitó entregándole una flor que había cortado por el camino.

—Ugh. Incluso sonríes y todo, si hubiese sabido que habías cambiado tanto no te habría hablado —volvió a quejarse.

—Estás más gruñón, mocoso —le revolvió el cabello—. Andando, hay que conseguirte un pastel.

—Con fresas.

Hendery siempre había tenido un cariño especial por Sungchan. El niño era completamente diferente a él, curioso, hablador, contestador y travieso, no era el favorito de los cuidadores y siempre lo estaban comparando con Hendery, por eso lo había consentido siempre, cada uno de sus caprichos cumplidos.

—¿Cómo va la escuela? —Le preguntó, no perdiendo un segundo de la expresión de felicidad del niño al comer pastel.

Sungchan levantó el pulgar, luego lo giró hacia el lado, dejándolo finalmente hacia abajo.

—¿Eres un viejo? ¡No me preguntes sobre la escuela!

Hendery rio, estando de acuerdo.

—¿Sobre qué quieres que te pregunte?

Sungchan llenó su boca de pastel antes de responder con restos saltando fuera.

—¡Sobre el equipo de futbol! Escucha bien, soy una estrella, eso dijo el entrenador.

Hendery dejó que el pequeño parloteara todo lo que necesitaba. Estaba tan lleno de sueños, con tantas ambiciones, él nunca pudo identificarse con eso, ni siquiera ahora que tenía la libertad para hacerlo, se conformaba con escuchar a su Sungchannie.

Dejó al niño en las puertas del hogar con un afectuoso abrazo que Sungchan fingió no querer los primeros segundos, aunque se aferró al mayor por al menos un minuto más. Se aseguró de prometerle que se verían pronto, muy pronto, y que iría a su próximo partido sin falta.

Caminó lentamente hasta la parada de bus más cercana, tenía más de una hora para regresar a la escuela y fingir que no se había escapado. Había sido un día genial, estaba esperando repetirlo.

Sunflower | NCT/WAYVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora