FLASHBACK UNO.

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Tres años antes

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Tres años antes.

Marzo de 2002. Casi seis años después de la muerte de Albus Dumbledore.

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Los dientes de Hermione rechinaron de frustración mientras embotellaba pociones de antídoto. Ella acababa de salir de otra inútil reunión de la orden.

A veces se preguntaba si era la única consciente de que estaban perdiendo la guerra.

Mientras guardaba las botellas nuevas, guardó algunas en su bolsillo y se apresuró a ir a la habitación contigua donde Madam Pomfrey estaba trabajando. La sala del hospital que ocupaba el segundo piso de Grimmauld Place estaba inquietantemente silenciosa.

Nadie en la habitación tenía una herida que se curara fácilmente.

Lee Jordan estaba acostado en una cama. Había materia cerebral aún rezumando de sus oídos, gota a gota. Hermione había encontrado una manera de cancelar la maldición, pero el contra-hechizo actuaba lentamente. Solo podía esperar que el goteo se detuviera en la próxima hora.

Era dudoso que su función mental se recuperara. El daño cerebral fue severo e irreparable. No estaba segura de su alcance exacto. Tuvo que esperar hasta que se despertara, si es que se despertaba...

Lo más probable es que, suponiendo que no tuviera muerte cerebral cuando cesara el goteo, la orden tendría que hacer una carrera para dejarlo en San Mungo cuando pudieran perdonar a alguien.

George Weasley estaba sentado en una cama junto a su amigo.

Estaba pálido de dolor y desesperación. Le habían golpeado en el muslo derecho con una maldición de necrosis de acción rápida. Para cuando pudo superar el dolor y aparecer de nuevo, la podredumbre se había extendido hasta la cadera.

No había contraataque para la necrosis.

Hermione apenas había logrado evitar que llegue a sus órganos vitales ya que había tenido que cortarle toda la pierna. Ni siquiera había tenido un segundo libre para detenerse y noquearlo.

Sus manos aún estaban temblando, sin importar cuántos tragos calmantes y pociones para el dolor le administrara Hermione.

Katie Bell yacía en una cama en el rincón más alejado, dormida. Con suerte, pronto sería liberada.

Algunos desagradablemente creativos mortífagos había herido a un puercoespín dentro de su pecho.

Las púas habían destrozado los pulmones y el estómago de la niña y solo milagrosamente no detuvieron su corazón.

Casi se había ahogado en sangre antes que Hermione y Madame Pomfrey había logrado desterrar a la criatura y estabilizarla. Katie había estado allí durante tres semanas. Aunque en la mayor parte se recuperó, todo su torso todavía estaba cubierto de una multitud de pequeñas cicatrices redondas. Su respiración emitía un leve traqueteo cuando se movía.

ESPOSAS. traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora