FLASHBACK ONCE.

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Julio de 2002.

Hermione miró hacia arriba bruscamente y encontró a Malfoy mirándola desde la carretera. Estaba demasiado cansada y enojada como para siquiera avergonzarse de que la encontraran borracha y llorando en un arroyo.

—Vete a la mierda, Malfoy. —dijo, golpeando el agua con la mano para que saliera en su dirección.

—¿Estas borracha? —preguntó.

—No, idiota, estoy sentada en un riachuelo completamente sobria. —dijo poniendo los ojos en blanco— Vete. No quiero hablar contigo. No quiero ver tu cara desagradable. Si pudiera olvidar tu existencia de mi mente sin arriesgar la orden, lo haría en un santiamén.

Ella comenzó a llorar de nuevo.

—Joder—dijo, mirándola con la misma expresión de irritación que había tenido cuando le contó sobre la mantícora no deseada que se encontraba en su posesión—Granger, no puedes sentarte a llorar en un arroyo. —dijo finalmente.

—De hecho puedo. —replicó ella—Aparte de ti, no hay nadie que me vea. Ya protegí el área. Ninguno de los

los muggles vendrán o se darán cuenta de mí. He planeado cuidadosamente mi colapso emocional y lo estás arruinando. Maldita sea.

Su cabeza se sentía muy pesada y la dejó caer sobre sus rodillas. Hacía mucho frío en el arroyo, pero estaba decidida a no moverse hasta que Malfoy se fuera.

Se oyó un golpe sordo, y luego un fuerte agarre se cerró de repente alrededor de su brazo, y se encontró siendo arrastrada fuera del agua.

—¡Déjame ir!

Ella golpeó a Malfoy en el brazo y le dio una patada en las espinillas mientras intentaba liberarse.

—Déjame en paz. Tú y Voldemort arruinaron mi vida.

¿No puedo siquiera sentirme triste de vez en cuando por eso?

— ¡Granger, idiota!

Malfoy la arrastró a sus brazos y se apareció.

Reaparecieron en la choza.

Ella miró alrededor de la habitación aturdida, aferrándose a él para mantener el equilibrio.

—¿Por qué estamos aquí?—exigió, su voz temblorosa mientras se alejaba y trataba de levantarse— Odio este lugar. Una de las familias mágicas más ricas de toda Europa, y me haces venir a verte en esta casa miserable. Como si aún no fuera muy consciente del desdén que tienes por todos nosotros los sangre sucia. Dios, ¿por qué no compraste una casa de putas o una mina de sal y me hiciste visitarte allí?

—Te dije que había un tabú y usaste el nombre del señor oscuro. —gruñó Malfoy— Por eso no puedes emborracharte en un maldito arroyo sin importar cuántos malditos hechizos repelentes muggles hayas puesto.

Hermione parpadeó y lo miró fijamente, —Te odio. —dijo finalmente.

—El sentimiento es decididamente mutuo. —dijo, mirándola con una expresión de desdén.

Ella se dejó caer al suelo, —Te odio tanto. —dijo—Ya estaba completamente sola, luego me exigiste y lo hiciste aún peor. Al menos antes, si a alguien le importaba lo suficiente como para preguntarme si estaba bien, podría decir la verdad. Pero ahora, ni siquiera puedo hacer eso. Y ahora, incluso si ganamos, no tendré nada que esperar. Todos los demás serán libres y yo seguiré siendo tuya. Estaré sola para siempre. —enterró la cara entre las manos y volvió a llorar— Harry y Ron nunca me van a perdonar. —ddijo, y todo su cuerpo se estremeció con la fuerza de sus sollozos— Incluso si ganamos la guerra, nunca me perdonarán.

ESPOSAS. traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora