CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO.

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Junio de 2005

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Junio de 2005.

Recuperar la conciencia se sintió como golpear el suelo después de una caída interminable.

La cabeza de Hermione palpitaba; era un dolor agonizante y sangrante, como si le hubieran arrancado la mente y la hubieran hecho pedazos.

Trató de levantarse de donde estaba acostada, pero su cuerpo no podía moverse correctamente. Los movimientos se sacudieron y sus manos temblaron.

Apenas podía ver. Trató de levantarse, pero su brazo temblaba y no podía soportar su peso. Intentó respirar. Su corazón estaba acelerado, un doloroso latido rápido en su pecho.

Extendió la mano temblorosa en la oscuridad tratando de orientarse.

Algo tocó su hombro. Ella gritó y se volvió.

Draco estaba de pie junto a ella, su cabello pálido visible en la oscuridad. Ella se apartó y luego se congeló y lo miró fijamente.

Su corazón estaba en su garganta. Ella lo estudió con los ojos muy abiertos.

El era mayor.

Su rostro era el mismo, pero sus ojos eran mayores, como si hubieran pasado décadas desde que ella lo había visto.

Su expresión estaba cerrada, pero su mirada era familiar e intensa mientras estaba de pie junto a su cama.

—Todavía estás viva. —dijo. Tenía la garganta seca y la voz se le quebró de alivio—Pensé que habías muerto.

Ella comenzó a acercarse instintivamente a él.

El estaba vivo. Seguía vivo.

Ella lo había mantenido con vida.

Sus ojos se agrandaron.

Ginny. Ella fue el primer cuerpo que trajeron de vuelta.

Su mano se congeló.

Todo la golpeó.

Esposas. Encarcelada en la mansión Malfoy para ser monitoreada.

Él era el High Reeve.

El terror la invadió. Se le heló la sangre.

Sintió como si la hubieran golpeado tan brutalmente que moriría por ello.

Ella soltó un grito ahogado y retiró la mano. Su mandíbula tembló y se apartó de él con manos temblorosas hasta que llegó al otro lado de la cama.

Se deslizó del colchón y se arrodilló en el suelo, mirándolo a través de la cama mientras luchaba por respirar. Intentando reconciliar todo.

Era Draco. Seguía vivo.

Pero él la lastimó, la había violado, el le había dicho que no la quería; que no podía esperar para matarla.

Se sintió como un animal herido atropellado en la autopista, desconcertado y moribundo, tratando impotente de encontrar una manera de escapar y esconderse.

ESPOSAS. traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora