FLASHBACK SIETE.

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La semana siguiente, Hermione se levantó incluso antes para ir a buscar comida. Tomó frascos y bandejas, y preparó completamente los ingredientes de la poción antes de guardarlos en su cartera. No podía permitirse el lujo de perder el suministro de una semana de nuevo.

Cuando se apareció en la choza, respiró hondo varias veces, tratando de prepararse antes de abrir la puerta.

Había llegado a la conclusión de que había una posibilidad bastante decente de que Malfoy volviera a repetir el mismo método de duelo.

El brillo cruel y satisfecho en sus ojos la semana anterior cuando había escondido su varita la hizo esperarlo.

La habitación estaba vacía cuando llegó.

Dejó su cartera en un rincón y la guardó. Luego se quedó esperando. Sus dedos seguían golpeando nerviosamente contra su pierna. Casi se desmayó.

Odiaba esperar. Odiaba que la dejaran temer las cosas.

Su mente siempre comenzaba a correr loca con escenarios de lo que sucedería. Por lo general, su imaginación era peor que la realidad.

Pero Malfoy tenía un talento inusual para engañarla.

Llegó casi cinco minutos tarde.

No estaba segura de si se suponía que debía seguir esperando. Había dicho que solo esperaría cinco minutos por ella, pero nunca había dicho nada sobre cuánto tiempo esperaba que ella lo esperara. Ella no creía que él fuera a abandonar la orden solo porque finalmente había conseguido hechizarla.

Estaba casi enferma de ansiedad. Ella no podía...

no iba a quedarse sentada esperando a que él la atacara de nuevo.

Se volvió bruscamente, se quitó las protecciones de su bolso y se lo echó al hombro. Ella estaba cruzando la puerta cuando él apareció en la habitación con un crujido.

Ella se detuvo y miró. La mera visión de él le dio una sensación de hundimiento.

Sintió como si algo estuviera alojado en su garganta y apenas pudiera tragar alrededor.

Él la miró fijamente. No parecía irritado. Se veía incómodo.

—Llego tarde. —dijo.

Ella asintió y volvió a entrar en la choza, cerrando la puerta. Hubo una pausa.

—¿Lo mismo otra vez esta semana?—preguntó en voz baja, apartando la mirada de él.

—No. —lo dijo tan abruptamente que ella lo miró bruscamente.

Suspiró y se pasó los dedos por el pelo. Fue el gesto de incomodidad más evidente que jamás había visto de él.

—M-me sobrepase. —dijo, lo cual no fue una disculpa— No te volveré a hacer eso.

—Está bien. —acordó ella automáticamente, sin confiar en él en absoluto. Estaba segura de que si se le daba el tiempo suficiente, encontraría alguna nueva acción vengativa que podría racionalizar.

La miró durante varios segundos. Hermione sospechaba que todavía tenía una expresión levemente herida en su rostro.

Por alguna razón, no importa cuánta oclumancia usara, no pudo borrarla por completo. Abrió la boca como si quisiera decir algo más, pero luego se tragó las palabras.

—¿Qué?—preguntó con amargura.

Prepararse para lo que fuera que estuviera a punto de hacer a continuación era la peor parte.

ESPOSAS. traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora