River retira su cuerpo junto con la silla, provocando un ruidoso chillido, que se oye sobre la música, dejando a todos los invitados en silencio expectante. Lo veo dirigirse hacia la puerta, pasando junto a William y diciéndole algo en oído antes de perderse en el pasillo.
Mi rostro hierve de enojo.
¿Renata Zimmerman no pudo encontrar un mejor lugar y hora para hacer su visita? Recuerdo su paquete de archivos y la improvisada carta pidiéndome ayuda para convencer a River de declarar. Francamente había decidido olvidar el tema, con toda la felicidad que envolvía mis últimos días.
— ¿Qué sucede? — pregunta Agnes.
— Una detective lo busca. — le contesta William, volviendo a ocupar su sitio en la mesa. — Hemos tirado sus cartas toda la semana.
Hannah me sorprende tomando mi mano a través de los platos y cubiertos sobre la mesa. Tiene la mirada abierta y sin parpadear, comunicándose conmigo de esa manera. Ella sabe quién es esa mujer. Paseo mi mirada de Hannah a Fredo, y de Fredo hacia Grey. Los tres tienen la misma expresión.
Maldita sea.
Es claro que a nadie le gustó oír el nombre de la detective cuando estábamos disfrutando de una buena velada. Aunque haya sido infalible su presencia en el asesinato, justo ahora no tenía por qué revivirlo.
De todas maneras, el resto de los presentes no tiene idea de por qué estamos reaccionando con tanta negatividad, y se han quedado en silencio demostrando su incomodidad y duda.
Visualizo la figura de River regresando por el pasillo, pero no comprendo por qué no ha sonado el portazo que estaba esperando. Sus cejas están unidas en un temible ceño fruncido, y su pecho se hincha subiendo y bajando por su evidente desasosiego.
— Hmmm... — arrastra el sonido grueso en su garganta, buscando las palabras y coloca las manos en las caderas parándose firme. — La detective tiene una orden judicial en la que requiere de manera urgente mi presencia... — me mira a los ojos. — La de Grey, y la de Alfredo.
— ¿Qué? — reacciona Hannah levantándose de la mesa.
Grey y Fredo intercambian miradas y se ponen de pie con resignación.
— Te lo dije. — le dice Grey a Fredo. — Es por la muerte de Lawrence Utah.
Me pongo de pie también, sin comprender nada de lo que está sucediendo entre ellos y lo que están diciendo. Busco en sus miradas, pero no las dirigen a mí. Intento con River, pero cuando nuestras miradas se encuentran, él se gira para perderse nuevamente por el pasillo.
Voy tras él apresuradamente y lo veo bajando las escaleras de concreto para subirse al auto de Zimmerman, quien sonríe al verme con el papel de la orden judicial entre las manos.
— ¡River! — llamo, y él se vuelve lentamente haciendo un gesto de frustración. — ¿Quién es Lawrence Utah?
Él tiene los ojos vidriosos y el mentón apretado, luchando internamente con algo que desconozco.
Zimmerman se adelanta, para estar más cerca de nosotros.
— Lawrence Utah era un peligroso narcotraficante, señorita Dreyfus. Cálmese, no pasará nada grave con el señor Ferguson, solo estoy siguiendo protocolos para cerrar definitivamente el caso de sus padres. — Renata desvía los ojos y sé que Fredo y Grey ya están detrás mío. — Puede venir a la comisaría, y puedo facilitarle el archivo completo.
No sé qué decir, en mi mente tengo muchas preguntas, pero me he quedado muda tratando de procesarlo.
¿Qué demonios tiene que ver un narcotraficante con mis padres? ¿Para qué necesitan la declaración de River? ¿Y Fredo y Grey? Se supone que ellos ya han declarado antes.
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La Ópera del Diablo |henry cavill|
FanfikceTras la trágica muerte de sus padres, todo lo que Cornelia Dreyfus conoce, se esfuma para siempre. La música, la familia y la alegría. Incluso, el amor imposible de su infancia. Los años han pasado, y Cornelia vive en el mundo salvaje del espectácul...