26. Descontrol

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Un torbellino en ascenso fue lo que Vanity Fair había escrito sobre mí en su reciente publicación. Nepotismo o talento genuino se preguntaron en Rolling Stone. ¿River Ferguson en problemas? Decían los diarios internacionales.

Hace una semana jamás me habría imaginado lo que una simple cuenta de Instagram podía causar en las personas, yo que me creía muy de perfil bajo comparado a otras celebridades. Todo el mundo hablaba sobre mi canción en redes y ya tenía como alrededor de cinco propuestas para tener un representante. De espaldas sobre la cama, mi risa nerviosa se convierte en una carcajada mientras observo mi teléfono y paseo de una página a otra. ¿Qué fue lo que hice?

Tengo menos de una hora para vestirme con lo más apropiado para hacer mi primera aparición pública después de todo este espectáculo mediático. Tengo una reunión con EPIC Records, la empresa que más estuvo hurgando en mi buzón de mensajería estos días. Me pongo de pie para ir a verme al espejo, ojos oscuros por el maquillaje pesado y cabello perfectamente recogido en una cola en la nuca. No se me ocurre qué usar, quizás podría dar más de qué hablar si decido usar la camiseta de Bristol que usé para dormir en Londres. Eso sí que le daría verdaderos problemas a River Ferguson, el que obviamente había cumplido lo que le ordené: No buscarme si acaso volvía a Nueva York.

De todos modos, sigo en contacto con William, ya que pasa demasiado tiempo con Agnes. No puedo evitarlo viviendo en el mismo edificio.

Tomo una decisión y busco rápidamente unas tijeras para darle mi propio toque a la camiseta de Bristol. Al poco rato, estoy lista y nerviosa en el ascensor. Un auto está esperándome afuera, no tengo nada que temer. Las puertas del elevador se abren para darme una perfecta vista del lobby y detrás de las puertas de cristal veo a unos cuantos fotógrafos esperando por mí.

Vuelvo a reír.

- ¿¡Terminaste con River?! – exclama uno.

- ¡Lindo atuendo Korn!

- ¡Amamos Un paso en falso! – dice uno de los fotógrafos y es el único comentario que voy a responder.

- ¡Gracias! – exclamo de vuelta y a la velocidad de la luz estoy en el auto.

C me envía un mensaje de texto con una fotografía suya en el avión. ¡Finalmente! Necesito a Cecilia, sobre todo en estos momentos en los que la adrenalina le da sentido a todo lo que está sucediendo, y además porque jamás habíamos estado separadas tanto tiempo y distancia.


Ya en las oficinas de EPIC, me doy cuenta de que ya he estado aquí antes. Muchos acontecimientos me han borrado pedazos de mi memoria, o puede que yo me lo haya hecho a mí misma. Sin embargo, es el mismo lugar en el que Bristol grabó Diabólica Atracción aquella vez. De pronto, la emoción se convierte en ansiedad y recuerdo los primeros encuentros con River que eran inesperados.

- Buenos días, señorita Dreyfus. – me recibe un hombre de unos cincuenta años con traje gris y converse negras. Lo observo con picardía y me muerdo el labio para calmar mis ansiedades y emociones repentinas. – Soy Sid Harrison, el director de EPIC. Sígame por aquí mientras le explico lo que hemos pensado para usted.

Lo que EPIC ofrece es básicamente un contrato por un disco EP y la publicación de Un Paso en Falso como el sencillo principal ya que sobrepasó lo esperado por mi repentino debut en redes sociales. Me regocija saber que el mundo está enfocado en Cornelia Dreyfus como artista más que en el caso policiaco. Mis condiciones al aceptar fueron que Vince sea el que grabe las partes en guitarra mientras yo hago lo que mejor sé hacer, que es usar mi voz.

- ¿Korn? – me llama una voz que reconozco al instante mientras estoy acercándome a la salida.

Se trata de Peyton Sterling.

- Creí que andabas de gira. – digo volviéndome hacia él.

- ¿No te enteraste? – pregunta desentendido. – La banda está sufriendo las consecuencias de los problemas de nuestros más queridos integrantes.

- ¿De qué hablas?

- Nos cancelaron varios conciertos por lo que hizo Jess en Londres. – se encoje de hombros. – No lo vimos venir. Y con lo del caso cerrado de tus padres, son dos temas con la policía...

El alma se me cae a los pies al verlo tan desmotivado.

- Sigo sin entender.

- Resulta que muchas de las groupies de Jess fueron menores de edad. – dice. – River está tratando de controlar a los medios, pero no debiste enterarte debido a tu éxito con la canción que le compusiste. – finaliza con un toque de sarcasmo, y se queda viendo mi camiseta. – Espero que no te cancelen el contrato por usar eso.

No sé qué decir. Realmente me esperaba lo atolondrado que el artículo del periódico pondría a River pero lo de Jess termina con quitarme el alma por completo. ¿Ya lo sabrá Cecilia?

- Lo lamento. - digo sinceramente. - La camiseta fue mi vestido de la venganza al estilo de Lady Di para molestar a River. No tenía idea que la banda estaba pasando por todo eso.

Peyton me sigue a la puerta.

- Lo sé, Korn. - me abraza. - De todos modos, es bueno ver que estás bien.

- ¿Está toda la banda por aquí o...

Él sonríe y me sostiene la mano.

- Si, él está aquí. - confiesa. - Peleando con el mundo por nuestro contrato.

Mi alma regresa a mi cuerpo, pero para volver a irse.

- Es mejor que me vaya ahora... Avísame si nos reunimos pronto, ¿Sí?

Peyton asiente y alza la mano como despedida.

Ya en casa y con ropa más cómoda, empiezo a dar mil vueltas mientras me fumo unos cuantos cigarrillos. ¿Qué sucederá ahora con Bristol? Estaban siendo tan exitosos que me lastima pensar en ellos, pero al mismo tiempo me cuestiono la promiscuidad de Jess. Maldita sea. Por otro lado, estoy contenta por mi nuevo contrato. Pronto Vince saldrá de Bronxcare y grabaremos Un paso en Falso, no lo puedo creer. ¿Mis padres estarán, en donde quiera que estén, orgullosos de mí?

Telefoneo a Fredo para comentarle las novedades, privándome del tema de Bristol. No creo que sea muy prudente de mi parte tocar un tema tan delicado ahora.

Pienso en River y en lo que está atravesando, se me ocurre escribirle, llamarlo o visitarlo, pero eso sería traicionarme a mí misma. Todavía recuerdo sus palabras hirientes. Él no me ama, si lo hiciera, sería distinto, si me amara jamás me hubiera eliminado de su vida tan repentinamente.

Reviso las redes sociales en busca de noticias acerca de Bristol, y encuentro las acusaciones hacia Jess Ahmed frescas en los noticieros y publicaciones, por lo que asumo que Cecilia ya pudo enterarse. Además, tengo cientos de notificaciones en mi propio perfil de personas que me apoyan en mi debut musical y otras que me tildan de nepotista, y sí, sé que lo soy, pero ya no me afecta. He vivido con esos comentarios toda mi vida.

Busco fotografías en mi galería y decido publicar una que me sacó C en Londres, con mi atuendo negro antes de ir al concierto de Bristol, tocando con la punta del dedo índice hacia el Big Ben que se deja ver a lo lejos.

Me meto a la cama con la mente en River, con ansiedad por esta nueva etapa de mi vida, y me quedo dormida imaginando un mundo en el que estoy a su lado, compartiendo este momento con él, añorando que a pesar de que tiene la mente ocupada con miles de asuntos más importantes, esté orgulloso de mí. 

La Ópera del Diablo |henry cavill|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora