Mas problemas

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Tome mis llaves y me puse mi tapa bocas, me llamaron de emigración diciéndome que tenía que firmar urgentemente unos papeles que había solicitado el Gobierno para la estadía y me toco pararme. Cerré la puerta tras de mi y baje por las escaleras para encontrarme con Paul en encargado del hotel.

- Hola señorita _____- Sonrió con amabilidad.

Paul era un hombre de apenas 29 años, su madre era la dueña del hotel y pues el trabajaba para ella.

-Hola Paul ¿Como va tu día?-

-Bien, bien ¿para donde te diriges tan temprano? Si se puede saber- rei y mire sus hermosos ojos azules, es un  tipo extremadamente guapo; tez clara y un hermoso cabello negro.

-Voy para emigración, otra vez- dije con desagrado a lo que el río.

-Vamos animate- me dio unas palmaditas en el hombro- pronto todo estará bien, te lo aseguró- sus palabras lograron tranqulizarme un poco y suspire.

-Eso espero- le sonreí aunque no se viera por el tapa bocas y empuje la pesada puerta de cristal- Nos vemos más tarde.

-adiós.

Sali de ahí adentrandome en las calles del concurrido Madrid que ahora se encontraba prácticamente desierto, me daba impresión como ya en tan solo cuatro días del anuncio en las calles solo se veían una o dos personas y nadie conduciendo es como si el mundo prácticamente se hubiera detenido por completo y yo aquí arriesgando a que me contagien el virus. Llegue rápidamente a emigración en donde unas cuantas personas salían del lugar.

-Disculpe- llame la atención de uno de los guardias que custodiaba la entrada- Soy _____ _____(apellido) y vengo aquí para firmar unos papeles- el Guardia miro una lista que tenía a mano y luego de unos segundos me dejó entrar.

Mire el lugar, solo habían dos de los cuatro secretarios que normalmente estaban y la gente estaba muy alejada una de otra, me desinfecte las manos y pase.

-¿nombre?- Me pregunto uno de los secretarios.

-_____-

-Tiene cita a las 12:30 con el consejo, espere aquí un rato- señalo las sillas- muy pronto la llamaran- asentí y me senté en donde me dijo, prendí mi teléfono y ví dos mensajes de discord de rubius, si discord, me dijo que era más fácil hablar por ahí

-Hola ____, como estas? Ya te envié el dinero espero que sea suficiente <3

Sonreí instintivamente y conteste sin pensarlo, que amable es rubius.

-Holis! Muchas, muchísimas gracias rubius no se como te lo voy a pagar

Sentí como mis mejillas se ponían Rojas ante la pena que me daba que este chico me estuviera ayudando.

-No hay problema, si algún día te gustaría jugar conmigo algo sería genial como pago jajaja es broma ^^

Me sorprendí ante su respuesta tan rápida, me sentía ¿como decirlo? Importante por eso, rei mentalmente por ese pensamiento.

- wow! Me concedería ese honor? Jajaja

-lo decía en bromita pero claro, dime que juego y lo jugamos.

-no se supone que yo te estoy pagando a ti? Elige tu jajaja

-jajaja cierto mmmm juguemos en un servidor de minecraft.

-jajaja  estas obsesionado con ese juego lo sabias?

-un poco por karmaland jeje entonces que dices?

Aguante la respiración por un momento para no gritar de la emoción en plena sala de espera.

-Claro! Que modo?

-El que surja jajaja así es mejor.

-jajaja vale entonces por la tarde

-sip antes de que inicie mi directo como unas dos horas antes te parece?

-mmmm claro :3

-entonces hablamos más tarde byeeeee

-byeeeee!

Me despedí del rubius y guarde mi celular con emoción y justo cuando lo hice me llamaron para ir a firmar los papeles. Por cada cosa mala surge algo bueno ¿no?

...

Ya estaba llegando a casa, llegue lo más rápido que pude ya que es toque de queda comenzaba literal a esa hora y estar fuera de la calle para mi era un grabe problema, entre al hotel y puede notar a las otras cuatro personas que se quedaban en el hotel gritándole al pobre Paul.

-¿que esta ocurriendo?- todos voltearon a verme y pide escuchar como Paul suspiraba aliviado.

-Este señor- empezó a hablar un hombre corpulento con una gran barba y semblante elegante, creo que su nombre era Carlos- Nos dio la exelente noticia de que en un mes tenemos que desalojar el lugar por que el Gobierno les pide que se desalojen todos los hoteles de estrato 2 hacia abajo.

-¿pero por que?- pregunte angustiada.

-Por que creen que no tenemos los servicios suficientes para mantener a todas las personas en el edificio además, recibimos la noticia de que tal vez el encierro dure más de lo esperado- Contestó Paul.

-Usted es un imprudente!! Como va a sacar a cinco personas de un  lugar sin tener a donde ir?!- grito una señora desesperada.

-Los supervisores vendrán aquí en un mes a ver si todo se desalojo, pueden hablar con ellos por si no han encontrado estadía, el Gobierno español dice que es ya dispuesto a ayudar en lo que pueda a los extranjeros que se encuentran en esta horrible situación.

- Ayudarnos!- exclamó carlos- claro nos ayudarán a terminar en la calle! Ahora discúlpenme, tengo que hacer unas llamadas.

La gente siguió a Carlos murmurando y quejándose repetidamente mientras cada uno de ellos desapareció por las escaleras.

- Y recuerden que este mes no de pagará estadía gracias!!- Grito Paul con esperanza que lo escucharan.

Ví como el pobre muchacho se recostaba en su escritorio y suspiraba forzosamente- ¿estas bien?- Lo mire preocupada.

-Si estoy bien solo fue algo estresante lo que acaba de ocurrir ahorita ¿y tu como estas? Persona esa horrible noticia pero no tenemos otra opción- intente relajarme y mostrar la sonrisa más sincera que pude.

-Es.. Preocupante- dije y Paul- río nervioso.

-No te preocupes- me rasque la nuca en señal de incomodidad- esta bien yo me las arreglare sola, adiós

-Adiós!

Dicho eso subí las escaleras y de un paso entre a mi cuarto y me tumbe en la cama a llorar, esto encerio, encerio no me puede estar pasando a mi.

...

Me desperté algo desorientada y con los ojos inflamados de tanto llorar-¿Cuanto he dormido?- prendí la pantalla de mi teléfono y este me mostro las siete de la tarde, además de otros dos mensajes que me acababan de llegar, los abrí y me di cuenta que eran de rubius y una sonrisa apareció en mi rostro, tal vez el pueda alegrar este día tan feo que estoy viviendo.

Pandemia- Rubius y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora