A la madrugada siguiente, mi cuarto estaba inundado de nieve, había dejado la ventana abierta y una tormenta había entrado desde ahí.
Las primeras clases transcurrieron normalmente, y pronto llegó el descanso, el tiempo se resbalaba de mis manos cuando no ponía atención.
Tooth me había preparado el almuerzo y había traído zanahorias para Bunny, y todo fue normal y ordinario, hasta que ocurrió el incidente.
-Yo no entiendo porque siempre comes sola con ese conejo, Tooth.
Volteamos para ver al chico que había dicho eso, eran Pitch y sus amigos, igual de intimidantes que él. Pitch podía verme, pero sus amigos no, y estaba seguro que me lo iba a restregar en mi cara.
-No estoy sola. -argumentó Tooth enojada.
-Ah, claro. –continuó Pitch –Tienes a tu conejo y una banca vacía.
Tooth le gruñó y Pitch asomó su más temible sonrisa.
-¿No tienes a nadie más a quien molestar? -le dije, pero me ignoró.
-Y todos tus amigos, ¿dónde están? -le espetó cruelmente.
-Sabes bien que no estoy sola. –Tooth se levantó de su asiento enfurecida, desde mi asiento le tomé la mano en señal para que se calmara. –Y déjame en paz, Pitch.
-Chicos. –dijo Pitch volteándose para hablar con sus acompañantes. -¿Ven al amigo imaginario de Tooth? Porque yo no. -Al terminar, empezó a reírse cruelmente.
-¡Basta Pitch! -traté de empujar a Pitch, pero lo atravesé, sin saber cómo. Me asusté mucho y regresé a mi asiento.
Sus amigos también se rieron, esperaba ver a Tooth llorando pero, en vez de eso también rió. Desconcertado la volteé a ver.
-Estaba esperando a Anna, fue al baño, cuando regrese se sentará conmigo a comer. -Se sentó y empezó a comer ignorando las miradas divertidas de los amigos de Pitch, e ignorando mi mirada de confusión.
No pude creer en sus palabras. Me sentía tan dolorido, e inexistente.
-Es una pena que sólo exista para ti... -le dije cuando Pitch se aburrió de estar ahí y se fue.
-¡No soy la única persona que te puede ver Jack! -masculló furiosa, aparentemente, sin ningún argumento más.
-¡¿Estas segura de eso?! -Le grité. -¡Tú misma lo viste! ¡No existo para nadie! –abrí la ventana y salí volando, dejándola sola. Para que pudiera esperar a Anna.
Volé y volé, sin abrir los ojos, no quería ver al mundo, porque el mundo no quería verme.
"¿Por qué sólo existo para ciertas personas? ¿Por qué todos tienen que ser tan crueles conmigo? ¿Por qué... por qué? ¡Nadie me puede dar una explicación!" pensaba, sin dejar de sentir un vacío en mí.
Llegué a mi cuarto, me aventé al suelo y me cubrí con las mantas que estaban ahí revueltas, no recuerdo la última vez que las doblé.
Me quedé ahí, lamentando haberle gritado a Tooth, me sentía tan abatido por el dolor, tenía tantos sentimientos encontrados que no sabía si reír o llorar, ya eran tantas veces que lloraba que al parecer ya me había secado por completo, ni una lagrima salió por más que lo intenté.
Cuando estuve totalmente en blanco, calmado y quieto Tooth vino a mis pensamientos, ella siempre ha estado cerca de mí, sabiendo que es una de las únicas que me puede ver, alentándome cada día a no rendirme, a siempre intentar nuevas formas de que las personas me vean, ella me había dicho que siempre debo intentarlo, no importa cuántos años pasen.
Estuve envuelto en las mantas por el resto del día. No tenía ganas de ir a la escuela al día siguiente. Cerré mis ojos, deseando estar dormido, no quería escuchar los murmullos que estaban en mis recuerdos. Era una tortura total, mañana me disculparía con Tooth por gritarle, reconozco que ella no tiene la culpa de que nadie me vea.
Siento una gran envidia hacia ella, es popular y la gente, quiera o no, la ve. Tiene hermanas que la quieren, y amigos, ¿Por qué yo no podía ser así? ¿Había hecho algo tan malo en mi otra vida para merecer este castigo?
Antes de ir al salón, entré a la cabaña de Fanny, pero no estaba ahí, cuando me asomé, Bunny saltó hacía mí, ¿Cuándo fue la última vez que lo dejé ahí?
Estaba seguro de que Tooth lo pasó a dejar ahí, recordé que tenía que disculparme por lo que había pasado ayer. Tomé a Bunny y acaricié mi nariz con la de él, tal y como Tooth lo hizo, lo abracé con mucha ternura y lo bajé al suelo. Las luces de los salones comenzaban a prenderse, agarré mi bastón y volé hacia mi salón.
Esa mañana nevaba, y a cada minuto la temperatura aumentaba. Respiré el frío que me hacía sentir vivo y me senté en mi lugar.
Cuando Tooth llegó, volé levemente hacia ella, tenía la cabeza baja y su cabello estaba despeinado (aunque fuera corto y lacio) al verla, noté que sus ojos estaban rojos y al alzar su mirada, vi sus ojeras, supuse que no había dormido en toda la noche, y los ojos rojos, solamente podían significar que estuvo llorando.
No supe que pasó en ese instante pero, lo único que hice fue abrazarla.
-Lamento haberte gritado ayer. No era mi intención, estaba tan... deshecho que no sabía que hacer... en verdad lo siento... -dejé de abrazarla y tomé cuidadosamente su rostro y lo dirigí al mío.
-Gracias por estar siempre conmigo... -junté nuestras narices.
-Te quiero.
Las clases terminaron, Tooth fue a su club y yo a la oficina de Caidyn, desde que le dije que lo sentía, ella y yo no nos dirigimos la palabra, nunca le pregunté por qué tenía las ojeras o los ojos rojos, tenía miedo de preguntarle, aparte de que las personas que me pueden ver son selectas, las lastimo.
La gente pasaba cubriéndose de la nieve que caía, las calles estaban casi vacías y el día se veía gris, era de esos días en donde, uno solamente quiere acostarse en su cama y olvidarse de todas las preocupaciones que tiene.
A cada árbol que pasaba, lo escarchaba con el cayado, a cada vitrina que veía, la decoraba, recordando aquella oscura noche cuando vine aquí a este mundo y cuando recogí mi vara.
Entré a mi recámara y me aventé a la revolución de mantas, abrí la ventana dejando que el frío se adueñara de mi estancia viendo entrar los pequeños copos que se colaban, con la mirada pérdida en el cristal de mi cuarto, toqué el piso, escarchando poco a poco toda la habitación.
-Quiero ser normal. -Murmuré antes de quedarme dormido.
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En mis memorias
FanfictionJack Frost comienza el nuevo año escolar junto con Toothiana, su mejor amiga, y tiempo después se inscribe a Hogwats, una escuela de magos. Él y Tooth conocen a Hiccup y a Mérida. La historia relata todas las aventuras que tuvo Jack antes de perder...