Último Capítulo parte 2: Nosotros

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*5 años después*

Una lechuza fue volando hasta mi casa, que se desmoronaba a cada día, estaba en busca de una casa nueva, pero por mientras, aún residía ahí.

Tapaba los huecos del techo con nieve, pero en verano se derretía y se caía cada vez más. Tenía miedo de que me cayera encima.

La lechuza me dejó una carta y se fue volando, algo muy extraño porque sólo veía lechuzas en zonas frías y ahora era verano.

Leí la carta, era de Hogwarts, decía que había reprobado un examen y que tenía que volver a un curso de reincorporación.

-¿Por qué no lo enviaron antes? –me pregunté, entonces abrí la puerta principal por un presentimiento y más de mil cartas se desparramaron por el suelo.

¿Cuándo habrían llegado ahí? No lo sabía pero era mejor tarde que nunca. Tomé mi uniforme de Hogwarts y fui al lago a lavarlo, después de todo, lo usaría en 3 días más, me lo probé y aun me quedaba, tenía un pequeño hoyo en la manga pero no me importó.

Tenía la esperanza de encontrarme a alguien ahí, pero era inútil, todos estaban ocupados en sus vidas actuales y no tendrían tiempo de volver a Hogwarts conmigo, aun así mi esperanza no se fue.

Aun así, tuve fe.

Aun así, avancé.

Aun así, fui.

-¿Jack? –oí que Hiccup mencionó mi nombre, no lo podía creer. Volteé para saludarlo con mucha emoción, pero al verlo, las palabras se atoraron en mi garganta y empecé a toser, él se rió, muy diferente a la última vez que lo oí reír.

Ya no era el mismo muchachito pequeño que cualquiera podía hacerle bromas, había crecido a un joven del mismo tamaño que yo (o más), con facciones diferentes, un poco de barba y con dos trenzas en su cabello.

-¡Pero si no has cambiado nada! –exclamó feliz.

-Me gustaría decir lo mismo de ti. –dije inspeccionándolo otra vez, también noté a Toothless detrás de él, lo veía diferente.

¿Por qué crecen las personas?

-Sí, ya soy mayor. Crecí. –presumió.

-No mentalmente. –bromeé. Me pegó en el hombro y rió, si hubiera hecho eso antes de crecer me hubiera reído y lo hubiera golpeado, pero esta vez su golpe me dolió, tuve que fingir que no me dolía.

-¡Siempre serás Jack! Las personas normales crecen pero tú no, tú siempre te quedarás igual. –sonrió.

Pensé en sus palabras. -¿Cómo lo sabes? –pregunté serio.

-En realidad... no lo sé. Sólo lo dije. –hizo una pausa, el silencio nos conmocionó a los dos. Mencionó algo de ser inmortal pero no lo escuché lo suficiente.

-¿Vendrán Rapunzel y Mérida? –le pregunté esperanzado.

-No recibí alguna carta de ellas diciendo que volverían. –aclaró rascándose la nuca, sonó el timbre y empezamos a avanzar hacia nuestro salón.

-¿Entonces volveremos a ser tú y yo? –pregunté con una sonrisa.

-Volveremos a ser tú y yo. –me devolvió la sonrisa.

Rapunzel y Mérida siempre fueron la chispa que encendía todo, pero Hiccup, él era otro asunto y más con todas las nuevas historias que me tenía que contar, como su relación más profunda con Astrid, el reencuentro con su madre y la muerte de su padre.

-Tienes una vida emocionante. –dije ocultando mi tono celoso en vano.

-¿Y tú qué has hecho fantasmita? –me preguntó, al escuchar de nuevo 'fantasmita' recordé a Eugene, recordé la fiesta de pijamas de sólo hombres...

Recordé a Elsa.

¿Todos habrían crecido tanto como Hiccup? Hacía 5 años que ya no los visitaba tan seguido, me ocupaba más de viajar a lugares desconocidos y a ir a la Antártida o a Rusia para jugar con la nieve.

Para estar solo.

-Nada interesante, sólo estoy de un lado para otro buscando aventuras. –resumí con simplicidad.

-Yo casi ya no puedo viajar, hay muchas cosas que hacer en Berk. –se lamentó Hiccup.

"De nuevo tú y yo".

Durante el examen, Hiccup y yo estábamos petrificados, no sabíamos nada, ni siquiera sabíamos de qué trataba el examen, ni siquiera sabía que teníamos examen en 'DCMO'.

-¡Pssst! –susurré lo más bajito que pude, tanto que Hiccup no me escuchó, volví a susurrar un poco más alto. Cuando logré que Hiccup volteara le dije: -Pásame la 4.

 Hiccup vio su examen, volteó unas cuantas hojas, hizo cálculos mentales y luego me dijo: -No me la sé.

Me dejé caer en la mesa de golpe, pude ver su examen entonces, en blanco como el mío. No pude evitarlo y me reí, Hiccup también echó una ojeada a mi examen y se rió.

Tanto nos reímos que nos sacaron del salón.

-Como en los viejos tiempos. –dijo Hiccup viendo al pasillo, yo estaba sentado y él se meneaba de un lado a otro.

-Como en los viejos tiempos. –repetí con una sonrisa. –Pero no está ni Mérida ni Astrid ni Anna para golpearme.

-Ni Rapunzel para consolarme.

-Ni Eugene para burlarse de nosotros. –agregué.

-Ni Elsa para sonreír. –aumentó, volteé a verlo enfadado, volteó a otro lado rascándose la nuca. Le congelé los zapatos. -¿Recuerdas cuando trajiste zapatos la primera vez?

-Fue terrible. –admití con una sonrisa.

-¿Y recuerdas nuestra primera pijamada con Tooth?

-No sé quién sea Tooth, pero recuerdo nuestra primera pijamada. –comenté un poco apenado, Hiccup bufó.

 Y empezamos a recordar cosas, había pasado tanto desde todos esos sucesos, pero jamás los olvidaría.

O eso esperaba.

Repetimos el examen 4 veces a propósito sólo para vernos una vez más, hasta que el Consejo decidió anularnos los exámenes y dejarnos en paz.

-Fue un placer verte de nuevo, fantasmita. –dijo Hiccup montando su dragón, noté como su pierna ahora cambiaba automáticamente, y me pregunté a quién habría desvelado entonces para que le ayudara.

-Igualmente, pecas. –subí volando a su dragón y le di un último abrazo. -Gracias por todo.

-Esto no es un adiós, Jack. –dijo mientras Toothless desplegaba sus alas. –Es un hasta pronto.

Me quedé un poco más, sentía que si me iba, el último recuerdo de nosotros se esfumaría aquí, en Hogwarts.   

Cuando me di cuenta, ya había oscurecido y me dirigí a mi casa que ya no tenía techo. Esa noche fue especial, porque fue mi último sueño con ellos.

Con todos.

No recuerdo los detalles, sólo sé que fue especial.    

En mis memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora