Capítulo 2: Hiccup y Yo

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Caía una vez más, tratando de salvar aquello que me hacía sentir con vida, eso que, si lo perdía, todo lo que me importaba también lo haría, estaba seguro de que si no podía salvar esto no era capaz de hacer nada en la vida, en ese momento, la cosa que trataba de salvar se convirtió en Tooth, alcé mi mano para alcanzarla, al ver que no podía tomarla, estiré el cayado, pero antes de que ella lo tocara...

                                                                   

                                                                             Se estrelló.


Desperté asustado, sudando, mi respiración estaba totalmente descontrolada, sentía como mi corazón se partía y mi cabeza daba vueltas, me levanté muy mareado, al ver mi habitación, había estalactitas en el techo, y aun así sudaba.


Era sábado, y aun así fui a la escuela, pero sólo para ver a Fanny, esa vez,  llevaba la comida de los animales, y como toda buena persona que soy, la ayudé.


-Está nevando hoy también. -dijo después de estornudar un par de veces.


-No te gustan los días así ¿verdad? -comenté mientras le daba de comer a Bunny.


-En absoluto, pero aun así cuido de mis pequeños amigos. -diciendo esto, extendió su mano para darles de comer a las aves que se encontraban ahí.


-No te gusta volar tampoco ¿verdad? -por inercia le di un vistazo a su espalda, donde estaban ocultas sus alas.


-Es una larga historia. -dijo bajando la cabeza con tristeza, se sentó en el suelo y unas pequeñas ardillas se subieron a ella. -Prefiero el suelo, que el cielo. -volteó a verme y sonrió lentamente.


-Ya veo. -dije dejando el último paquete -Bueno, te veo el lunes. -me despedí con una sonrisa y sobrevolando, sacudí la mano.


-Sí, adiós. -se despidió con una sonrisa.


Fui al lago donde conocí a Tooth, era uno de mis lugares preferidos para distraerme y divertirme. Pasé todo el día ahí, me gustaba esperar hasta que el cielo se iluminara con el brillo de la arena de Sandman. Siempre he sentido una gran admiración por él.


Cuando Tooth se veía pequeña (aun siendo 140 años mayor que yo), iba a ese lugar a patinar, era un lugar especial porque siempre que yo estaba triste, Tooth me encontraba ahí y me invitaba a deslizarme por el hielo con ella, eran recuerdos hermosos.


Me quedé ahí hasta el anochecer, mirando a la luna, era una noche magnífica cuando de repente, algo pasó volando muy cerca de mí.


Sólo pude ver una mancha negra. Decidí acercarme a la sombra y seguirla, volaba muy rápido pero la pude alcanzar.


La sombra era en realidad una bestia negra con ojos verdes y pupilas enormes que estaba siendo montada por un chico, me acerqué más a ellos, con mucho sigilo. Cuando estuve lo suficientemente cerca, la bestia me percibió y me empezó a oler, estaba un poco asustado, era la primera vez que veía algo así.

En mis memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora