Capítulo 13: Rumores

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Ese viernes, Elsa no habló en todo el día y me preguntaba con frecuencia si algo le había hecho enojar. Cuando llegué estaba caminando y leyendo un libro, suponía que era el que llevó el primer día cuando la conocí.


Anna estaba junto a ella hablándole de algo, alguna cosa extraña, de eso estaba seguro.


A veces no me figuraba a ellas dos juntas como hermanas, sin duda eran totalmente diferentes, pero los hermanos no tienen que ser iguales en todo.

Rapunzel viene del sol y yo de la luna. Nada tiene sentido en este mundo.


En el salón de Slytherin también se la pasó leyendo su libro, y yo sólo la miraba fijamente, esperando a que se diera cuenta de que estaba ahí.


En la primera clase, mientras todos estaban reunidos en la mesa de atrás y yo en otra junto a ella, tampoco habló, sólo leyó. No sabía si se había percatado de que las clases habían comenzado.


No sabía que a las personas leyeran un libro por gusto, simplemente no me lo imaginaba. Debía ser un tema bastante interesante para que la humanidad leyera esas cosas.


-¿Es interesante? –cuestioné jalando un poco el libro para que se percatara de mí.


-Uh... algo así. –respondió dándomelo. Fingí que el libro era interesante, aunque no quería decirle que no sabía leerlo porque el idioma era diferente.


-¿De qué se trata? – cuestioné, Elsa se quedó callada, estaba claro que no compartiría tal información conmigo, así que no hice más preguntas y le devolví el libro para que siguiera leyendo. -Es aburrido cuando no me haces caso.


Elsa me volteó a ver con una sonrisa. –Además te puedo asegurar que has perdido 3 apuntes importantes. -aumenté.


-¡¿Qué?! –exclamó sorprendida, al voltear al pizarrón, el profesor ya había borrado media ecuación. –Ay, no.


-Tranquila. –Le dije recostándome en la banca. –Te pasaré la copia luego.


Ella asintió y siguió leyendo. Volteé para ver la mesa de al lado. Mérida, Anna, Astrid y Rapunzel estaban en la misma mesa charlando. Hiccup estaba enfermo y no había podido venir, tenía la esperanza que aún fuera al lago de los recuerdos el fin de semana.


Ser el único hombre del grupo no me agradaba del todo.


En el receso pasé volando cerca de dos chicas que hablaban muy alto.


-La nueva chica de Slytherin casi nos congela el otro día. –alcancé a escuchar del otro lado. Paré de golpe.


-Dicen que si quiere podría congelarnos a todos. –comentó la otra.


-Yo escuché que si la hacías enojar te podría mandar al Polo Norte. –aumentó un joven.


En mis memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora