En mis memorias

Capítulo 10 parte 2

Volé por el pueblo para encontrar a Rapunzel, estaba asustado, y no sabía qué hacer ni a donde ir. Sólo podía confiar en mi hermana. Sabía que ella me daría un consejo.

-No puedes hacer nada al respecto, Jack. –dijo Rapunzel meneando la cabeza, estaba comprando helado para Mérida en un puesto cercano al castillo.

-Estoy desesperado, Rapunzel. –le dije agitado

-No es tu pelea Jack. –Habló seria- Tienes que dejar que ellos lo arreglen solos.

-No puedo quedarme de brazos cruzados. –Dije malhumorado, como si estuviera haciendo un berrinche. –Quiero hacer algo por ellos.

-No estorbar sería bueno. –concluyó.

-Bien. –acepté.

-Será mejor que dejes el tiempo pasar para que lo arreglen. –lamió su helado de color blanco, me hubiera gustado saber de qué sabor era.

-¿Puedo irme? –pregunté aliviado, creía que alejarme de mis problemas era lo mejor. Pero éste no era mi problema, ni siquiera sabía exactamente qué papel jugaba en esto. Pero sí sabía que yo tenía algo de culpa.

-¿Volverás? –preguntó angustiada.

-Volveré. –le sonreí.

-¿Lo prometes? –vi brillar sus enormes ojos verdes, ¿cómo podría decirle que no?

-Confía en mí. –diciendo esto la abracé. Era pequeña y delgada, podría estar así por la eternidad, pero no soportaba tanta presión entre este asunto tan extraño qué había pasado.

Le dediqué una última mirada, y ella una última sonrisa. Volé hasta la  región más alta y fría que encontré, a pesar de que fuera verano.

Ese lugar solitario en donde siempre ay témpanos de hielo y osos blancos, además de otras criaturas cuyo nombre ignoraba. No había bosques cerca, ni lagos, ni tierra. Sólo hielo.

Soledad.

Y tiempo para pensar.

"¿Pensar en qué Jack?" me pregunté a mí mismo, "has abandonado a tus amigos en plena pelea."

"No es tu pelea Jack." Recordé las dolorosas palabras de Rapunzel.

"Aunque sí será mejor que dejes pasar un tiempo para que todo se arregle." Accedí.

Decidí tomar una siesta, para poder relajarme, pero mi mente seguía culpándome:

Desperté, en un bosque muy parecido al del lago de los recuerdos, pero sin vida. Caminé entre los troncos podridos y la hierba seca y quebradiza, quería volar pero no podía.