ColisiónUn mechón aún gris me tapó la vista, haciendome voltear. Inmediatamente vi la sala.
—Duerme conmigo… — Me jaló más fuerte del brazo. — ¿Si? — Pidió. —No puedo— Me afinqué en mis creencias. —Aunque quiera no puedo Nayeon— Expliqué. Soltó mi brazo.
—No entiendo porque ahora eres tan aburrido… — Se dió la vuelta, yéndose a su habitación.
Volví a voltearme, viendo el techo. Sin quitar mi vista de aquel punto en el techo, con mi mano empecé a buscar mi celular en la pequeña mesa de delante.
Luego de un par de intentos, lo encontré, pasándolo por mi campo de visión, lo encendí, viendo que eran pasadas las tres de la mañana.
Inmediatamente lo tiré por cualquier sitio, sentándome.
Empecé a revolver y apretar mi cabello intentando buscar una respuesta que no iba a llegar.
Me levanté, en dirección a la parte de atrás. Abrí la puerta, saliendo, encontrándome con una fantasmal niebla.
Cerré le puerta, dejándome caer en ella, cayendo lentamente.
— ¿Por qué mi sueño se volvió una pesadilla? — Una lagrima empezó a caer.
Miré en dirección a la casa. — ¿Por qué no me amas como yo a ti? — Metí la cabeza entre mis piernas.
— ¿Dónde está… ? — Solté la bocanada de aire que me estaba guardando. —Mi final feliz… — Finalmente saqué aquel pensamiento de mi mente.
…
— ¿Ya despertaste? — Escuché una voz paseándose. —Ya hice el desayuno— Lentamente escuché como se acercaba. —No soy tan buena cocinando como tú— Sentí su mano en mi cabello. —Pero lo estoy intentando— Abrí los ojos, viéndola sonriendo.
—No me culpes si está mal— Se levantó.
Esa frase, esa frase tan inocente de su parte. Si estaba mal, era su culpa.
Me levanté, estirándome un poco. Me dio un escalofrío momentáneo. Empecé a caminar, sentándome en la mesa, siendo de desayuno unos huevos con panes.
Miré el plato, luego alcé mi vista, teniendo el mismo plato ella, y esperando la cocinera a verme comer primero.
No podía entender si era por precaución, si estaba mal no comería ella, o si genuinamente estaba esperando una buena reacción para alegrarse.
— ¿Por qué no comes? — Me señaló el plato, insinuando que comiera rápido.
Tomé un tenedor y un cuchillo, acomodando un bocado, que me metería a la boca después.
Empecé a saborear, sintiendo como no era algo tan básico como lo que yo podría hacer.
Sentía como el pan tenía un sabor a mantequilla… aunque también a ajo.
Simplemente era una delicia. —Eres culpable— Dije después de tragar. —Culpable de que esto sepa tan bien— Empecé a devorar aquello.
Me sentía en un hogar. Lejos del trabajo, lejos de todos. Solo la persona de quién estaba enamorado y yo.
No presté atención a si se puso feliz, no quería verla, no quería volver a ver ese rostro.
Ya me estaba embriagando de ello. Quería que durase así, poco a poco.
Tal parecía que ella era un arcoiris, aunque solo podía ir viendo un color a la vez.
— ¿Por qué parece que intercambiamos papeles? — Pregunté, queriendo quitar ese ambiente tan hogareño. — ¿Cómo? — Preguntó, efectivamente, sintiéndose ofendida.
—Solo te estoy recompensado, pronto todo volverá a la normalidad— Se levantó, dejándome ver su plato medio comido.
Pasó su mano por mi pecho, encima de mi suéter, llegando hasta mi cuello, luego deteniéndose en mi barbilla, tomándola y haciendome verla desde arriba.
—Eres mío— Quitó su mano, apoyándose en la mesa después. —Y pronto todo será igual— Aclaró, poniéndose una vez más derecha.
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Gatito - Nayeon y Tú
FanfictionLa cosa más estúpida, pero necesaria, llevaría a la persona menos indicada, pero más querida... Todo por una simple estupidez.