PELEAS

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Me quedé en shock durante un momento.

- ¿Qué?- dije.

- Lo siento, pero no podía callármelo.

- Madre mía...estoy empezando a pensar que me estáis vacilando- dije, nerviosa- es imposible que yo despierte tanto amor.

- Sé que mis hermanos se han confesado ya, pero ninguno lo hacemos por reírnos de ti- se acercó- yo soy completamente sincero contigo.

- Ukyo...

- Ale- se acercó a mí- de verdad, te quiero- se sentó- hace años me enamoré de una chica que iba a la universidad con Masaomi, pero no funcionó, nunca se fijó en mí, no le parecía suficiente, supongo- suspiró-. Estaba loco por ella, hasta se me ocurrió la estúpida idea de salir con otra chica para darle celos, pero lo único que conseguí fue hacerle daño a esa pobre muchacha y no conseguí nada con Nina- me miró- desde entonces, me prometí que no me volvería a declarar a nadie a no ser que estuviera enamorado de verdad y lo he cumplido. Hacía ocho años que no me fijaba en nadie y llegaste tú, con tu alegría, con esa cara tan dulce, con tus  comentarios sobre todo lo que te rodea...me has regalado ilusión, Ale.

Cuando me dijo todo aquello, no supe qué responder.

- Lo siento, no quería agobiarte con mis historias, sólo quería que supieras cómo me siento.

Lo miré a los ojos y lo abracé, haciendo que el helado se cayese.

Él me abrazó y me acarició la cabeza y yo empecé a sentir un ardor en el pecho.

- Ukyo, me gustas mucho- le dije al oído- de verdad- me alejé- y estoy preocupada porque estoy empezando a sentir cosas que nunca había sentido por nadie.

- Yo entiendo que estés confusa y no quiero que pienses que te estoy pidiendo que seas mi novia. Aún eres joven y tienes que vivir muchas cosas y yo soy un hombre aburrido, con obligaciones aburridas. Sólo me gustaría que pensaras en mí y que supieras que siempre voy a estar ahí para ti.

- Primero, no eres un hombre aburrido, me pareces increíble, solo que tienes que soltarte más, no estar tan serio siempre. Mira qué bien lo has pasado hoy a costa de mi dolor- me reí- segundo...yo también voy a estar ahí para ti. No te estoy dando un no, solo quiero aclarar mis ideas y mis sentimientos, eso es todo. 

- ¿Eso significa que sientes algo por mí?

- Aún no lo sé, puede que sí, pero quiero que, pase lo que pase, sigamos siendo hermanos.

- Por supuesto que sí, eso siempre será así, pase lo que pase.

- Gracias, Ukyo.

- Así que...¿soy serio?

- Un poco...

- Conque sí...- me cogió en volandas y empezó a dar vueltas- vamos a volver al hospital, que creo que te has quedado con ganas de unos cuantos ejercicios.

- ¡No! ¡Apiádese de mí, señor!- me reí- ¡No maltrate a una pobre niña que tan mal lo ha pasado!

- Mira que eres dramática- nos miramos un momento y se acercó a mí, con la intención de darme un beso.

- ¡Ukyo!- oí la voz de Masaomi.

- ¡Masa-nii!- Ukyo se alejó de mí y me dejó en el suelo.

- ¿Qué hacéis?

- Estábamos jugando- dije, con la cabeza gacha.

- Masaomi, no pienses mal- dijo el rubio.

- ¿Te gusta?- dijo, serio.

Y PENSAR QUE ELLOS... SON MIS HERMANOS (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora