NOCHE

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Me levanté para coger mi toalla y mi neceser para el baño.

Me apetecía darme una ducha para relajarme un poco.

Me puse el pijama para estar más cómoda y salí de la habitación.

"Oh, estupendo, no se dónde está el baño"

Entonces ví a Kaname acercarse con un carrito.

-Oh, imouto-chan, ¿va todo bien?

-Sí, es solo que quería ir a darme una ducha, pero no se dónde está el baño.

-Quinto piso a la izquierda. Ahí está la ducha y a la derecha, el jacuzzi.

-Gracias. Por cierto, ¿que es todo esto, Kaname-san?- pregunté, refiriéndome al carrito.

-Es un presente de tus hermanos.

En él habían tres botellas de agua, un conejito de peluche, un ramo de flores, frutas, una caja de chocolates y un termo de té.

-Arigato, Kaname-san.

-Puedes decirme Onii-chan.

-O...onii-chan- le dije, algo tímida.

-Suena muy bien. Otra vez.

-Onii-chan.

-Mmm... ¿crees que vas a poder dormir esta noche?

-Probablemente.

-¿Debería tu Onii-chan dormir contigo?

-¿Eh?- me puse nerviosa- no, gracias.

-Vaya. Bueno, avisame si necesitas algo. Oyasumi- y se acercó para darme un dulce beso en la mejilla.

-O...oyasumi- le respondí, con el corazón muy acelerado.

Vi como se alejaba con una sonrisa.

"¿Se estará burlando de mí?" pensé, aunque deseché esa idea al momento.

Me dirigí al baño para darme mi deseada ducha. Lo encontré con facilidad.

Cuando entré, me quedé boquiabierta. Era tres veces más grande que mi anterior habitación.

Vi la bañera y sentí como me llamaba a darme un baño de espuma.

La llené de agua con espuma y sales de baño.

Me quité la ropa, me solté el pelo y me metí.

Estaba tan relajada que creo que me quedé dormida.

NARRA SUBARU

Estaba bastante cansado del entrenamiento, y las emociones de tener un nuevo miembro en la familia era algo agotador y difícil de asimilar.

No es que me disgustase la chica, al contrario, me parecía muy guapa y muy simpatica, pero aún así, todo era extraño.

Era evidente que las cosas iban a cambiar. Siempre habíamos estado todos los hermanos juntos, todos hombres, sin cortarnos un pelo para nada, pero ahora había una chica, eso marcaba una gran diferencia.

Quería despejarme un poco, así que fui a darme un baño.

Entré en el aseo para quitárme la ropa, me envolví la parte inferior con mi toalla y fui hacia la bañera.

Con la intención de ir a llenarla, abrí la mampara, y de la sorpresa que me llevé me quedé mudo.

Ale estaba metida en la bañera, completamente dormida. Su pelo le rodebaba la cara y el resto de su cuerpo se encontraba sumergido en el agua y la espuma.

-Eh... esto... ummm...- no sabía ni que decir. El hecho de verla ahí así me cortó el habla.

Ella movió la cabeza y poco a poco abrió los párpados.

-Emmm... esto...yo...- dije, con la.cara aridiendo y el corazón incontrolablemente acelerado.

-¿Su...subaru-san?- ella me miró con los ojos muy abiertos. No me acordaba de que mi torso estaba desnudo, aunque no creo que ese fuese el mayor problema.

-Esto...tú...eh...- no me salían las palabras.

Su expresión cambió, supongo que fue al darse cuenta de la situación.

Se dio la vuelta, se sentó y cubrió su pecho con sus brazos.

-¿Qué... qué haces aquí- preguntó.

-No... ¡No es lo que parece!- intenté explicarme.

-Por... por favor, sal- me pidió.

NARRA ALE

-Por... por favor, sal- le pedí.

-S...sí- dijo, rojo cual tomate.

Abrió la puerta rápidamente y desapareció de la habitación.

Dudé mucho que lo hubiese hecho aposta, pero aún así... no fue  agradable nada de eso.

"No está nada mal" pensé, mientras me reía un poco.

En cierto modo, me parecía divertida esa situación, aunque no supe por qué.

Salí de la bañera, me sequé el pelo y me puse el pijama.

Fui a mi habitación, me tiré en la cama y no podía dejar de reír.

"Me encanta este sitio, no podía haber pedido nada mejor. Menudo día de hermanos he tenido, pero, en eso se basan las familias, ¿no? En bobadas y cosas raras. Espero que podamos llegar a ser una verdadera familia"

NARRA SUBARU

-Mierda, mierda, mierda- dije, tirándome en la cama- soy estúpido. Espero que no piense que lo he hecho aposta porque soy un pervertido- estaba muerto de la vergüenza.

Pero a decir verdad, me pareció preciosa dormida. Parecía una niña pequeña y dulce, era muy hermosa.

“Mañana le pediré disculpas sin falta" me dije a mí mismo, y, claramente, sería lo primero que haría.

Y PENSAR QUE ELLOS... SON MIS HERMANOS (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora