HERMANOS

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-¿Cómo es ella, papá?- le pregunté mientras estábamos en el avión.

-¿Quién? ¿Miwa?

-Sí.

Miwa era la prometida de mi padre.

-Pues ella es... única. Es amable, cariñosa, comprensiva...

-Espero que sea paciente y calmada.

-¿Por qué?

-Con tu genio... Sólo espero que pueda equilibrar la balanza y que las cosas vayan bien.

-Pues sí, ella es muy tranquila.

-Menos mal- me burlé.

Entonces me surgieron las dudas.

"¿Y si no le caigo bien? ¿Y si su familia no me acepta? ¿Y si no soy como esperaban?"

-Alejandra, ¿estás bien?

-¿Em? Ah, sí sí- mentí- papá, ¿por qué no me quieres hablar de su familia?

-Ya te he dicho lo necesario. Son muy buenas personas y es una familia muy unida.

-Eso no es suficiente. Dime si tengo hermanos, o sobrinos, o tíos, lo que sea, pero dime algo.

-No.

Me enfurruñé.

-Por cierto, te aviso de que voy a viajar mucho con Miwa y que no vamos a vivir en la misma casa.

-¿Qué?

-Miwa y yo viviremos en otra ciudad y tú en la casa de los Asahina.

-¿Pero como quieres que viva en una casa que ni conozco? Yo pensaba que iba a vivir contigo, por eso he venido.

-Oh, vamos, Miwa y yo necesitamos nuestro espacio, y tú más que nadie me tienes que entender.

-Sí, pero tú me dijiste que eran una familia unida... Pero si ella vive en el quinto pino y el resto de la familia, que espero que tenga familia, no vaya a ser otro engaño...

-Sí que tiene familia.

-Bueno, si el resto de la familia vive en Dios sabe que donde, menuda unión.

-Alejandra, no juzgues sin saber, eso está muy feo.

-Feo está que engañes a tu hija de esa manera.

Estuve el resto del viaje sin hablarle.

En realidad no estaba enfadada, sólo confundida...

¿Viviría sola en la casa de los Asahina? ¿Tendría algún hermano o hermana que viviese conmigo? ¿Un primo tal vez?

Vivir en esa casa me traería de cabeza. No sabia nada de la familia Asahina, ¿cómo iba a vivir en su casa?

Bueno, ya daba igual, lo hecho, hecho estaba, y no podía dar marcha atrás.

Después de pasar toda la noche en el avión, llegamos a Tokio, donde nos recogería Miwa.

Que nerviosa estaba.

"Respira, tranquila, todo va a ir bien"

Pero, aunque pensase eso, no podía evitar estar asustada.

-Mira, ahi está- me dijo mi padre, señalando un todoterreno negro.

Se veía que tenía dinero.

-Papá, ¿no habrás pegado un braguetazo, verdad?- me volví a burlar.

-No digas tonterías y vamos. Espero que tus dos años de japonés te hayan servido de algo.

-Yo también lo espero...

Y PENSAR QUE ELLOS... SON MIS HERMANOS (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora