SALUDOS Y DESPEDIDAS

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La fecha se iba acercando. Me iba el treinta de agostp, ya que en España las clases empezaban poco después.

Una semana antes de mi partida, papá nos llamó, muy nervioso.

- Miwa está de parto- dijo Masaomi.

Todos salimos corriendo en los coches.

Cuando llegamos, acababan de entrar en la sala de parto.

- No me lo puedo creer, ya está aquí- dije yo, saltando de alegría.

- ¿Te hace ilusión tener una hermanita? - preguntó Kaname.

- Mucha. Todos sois hombres, hasta Sergio, yo siempre he sido la niña de la casa.

- Lástima que te tengas que ir ahora- dijo Yuusuke.

- No hablemos de eso, no aquí- dijo Ukyo.

Esperamos durante una hora hasta que papá salió a avisarnos de que la pequeña ya estaba con nosotros.

- En cuanto la tengan lista, podréis pasar a verla.

- ¿Cómo está Miwa, papá? ¿Está bien?

- Está genial, lo ha hecho de maravilla.

- Ya tiene práctica- dijo Tsubaki, y todos nos empezamos a reír.

Pasamos a la habitación que le habían asignado a la mami y a la niña y la vimos. Era una cosita de nada, una bolita muy pequeña y blanca, muy blanca.

- Hola, cosita- le dije, acercándome a la cuna.

- Enhorabuena, mamá- dijeron los hermanos.

- Es guapa, ¿verdad?

- En verdad, no- me reí-, pero ningún recién nacido lo es.

- ¡Alejandra! - me regañó mi padre.

- Es mi hermana y va a ser preciosa, pero tiene que empezar a conocerme.

Todos se empezaron a reír y a darme la razón.

- Aún no le hemos puesto nombre, queríamos que lo escogieses tú antes de irte- dijo Miwa.

- ¿Yo?

- Será tu regalo de bienvenida y la promesa de que vas a volver- dijo Natsume.

- Es una gran responsabilidad- suspiré-, pero creo que me gusta Kumiko.

- Significa "niña compañera", ¿por qué? - preguntó mi padre.

- Ella os va a acompañar a todos mientras yo no esté- tuve que apretar los puños para no llorar mientras miraba a mis hermanos.

- Es un buen nombre- dijo Miwa-. Entonces, será Kumiko, Asahina Kumiko.

Todos la cogían, querían tenerla en brazos, pero no paraba de llorar, incluso con sus padres, hasta que la sostuve yo.

- Hola, Kumi-chan- entonces, la niña se calmó y me miró con los ojos amarillos y somnolientos característicos de los recién nacidos-. Soy tu hermana mayor, Alejandra, y me vas a tener que hacer un favor. Yo me voy, pero voy a volver, así que necesito que cuides de estos locos en mi ausencia, ¿vale? Y no te olvides de decirles a papá y a mamá que tenéis que venir a verme.

Yo sabía que los chicos estaban haciendo el mismo esfuerzo que yo y era muy difícil para mí pensar en que el día se acercaba.

Miwa tenía que estar ingresada una semana, pero llegaría a tiempo para despedirse de mí. Yo iba todos los días a verla y luego salía con los chicos.

- Faltan cuatro días- dijo Hikaru, un día que fuimos solos a comer un helado.

- Sí- agaché la cabeza.

Y PENSAR QUE ELLOS... SON MIS HERMANOS (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora