EL DÍA DE LA BODA

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Subí a mi habitación para ver que era lo que me había traído Hikaru.

Abrí la caja azul y lo primero que vi fue un precioso vestido azul cielo.

Lo saqué de la caja y me quedé maravillada.

Era largo. La falda era de seda fina, de varias tiras que dejaban entrever las piernas. La parte de arriba era más oscura. El talle era ajustado y bajo. La espalda era de cintas de corsé y tenía escote corazón. Estaba decorado con pequeña piedrecitas plateadas en el escote y la cintura.

"Es precioso"

Abrí la caja pequeña y vi un par de sandalias de tacón. Eran planteadas y de cinta alta, para atar por la espinilla.

Me lo probé corriendo todo. Me quedaba de maravilla. Jamás había visto un vestido tan hermoso.

Me lo quité, y cuando fui a guardarlo, me encontré una carta en el interior de la caja.

Querida Alejandra:

Gracias por darme la oportunidad de escoger un vestido para mi hija.

A tu padre no le pareció muy adecuado para ti, pero yo estoy segura de que te quedará precioso.

Tengo tantas ganas de que seamos por fin una familia que no puedo esperar a la boda.

Gracias por aportarme la satisfacción de tener una hija por la que velar y darles a mis hijos una hermana a quien proteger.

Un beso.

Att: Asahina Miwa.

Esa carta realmente me emocionó mucho. Me sentía muy contenta porque Miwa me aceptara en la familia.

La semana pasó rápido y el día de la boda llegó.

Me levanté temprano.

"Hoy por fin seré una Asahina"

Estaba muy ilusionada con esa idea.

Me duché y me puse ropa cómoda para bajar a desayunar.

-Ohayo, minna- saludé.

-¡Ohayo!- me respondieron todos.

-¿Estás nerviosa, Ale-chi?- me preguntó Louis, que había ido a pasar la mañana en casa.

-Un poco... pero más que otra cosa, ilusionada.

-Bueno, eso está bien- dijo Masaomi.

-Ale-chi, ¿permites que te arregle el cabello?- me preguntó el estilista.

-¡Claro!

Terminé de desayunar y subí con Louis a mi cuarto para que me arreglara.

Le enseñé cómo era el vestido y se puso manos a la obra.

Me onduló el pelo y lo recogió por detrás con un broche azul cielo.

Me dejó dos mechones en la cara, los cuáles alisó y me colocó una diadema plateada.

Me maquilló de un azul muy suave. Pintó mis labios de un rosado claro y arregló mis pestañas con rimel.

Me puso unos pendientes pequeños azules con los bordes plata y pulseras del mismo estilo.

No me permitió mirarme en el espejo hasta que me hube puesto el vestido y los zapatos.

Me colocó un fino fular grisáceo, a juego con el vestido.

Cuando me vi, me costó reconocerme.

-Louis-san... es... increíble.

-Estás realmente guapa, Ale-chi.

Y PENSAR QUE ELLOS... SON MIS HERMANOS (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora