Jenne Holder
—¡Despierta! —un picor se extensión por una de mis mejillas.
Me habían golpeado.
Y bastante fuerte.
Apreté los ojos antes de comenzar a parpadear,y abrir los ojos de a poco,sin dar crédito a que esto estuviese pasando en verdad,a que no fuese un mal sueño,y que estuviese en esta situación,una vez más.
Esa anciana me había tendido una trampa,pero...
¿Por qué?¿Qué tenía ella en contra de mí?¿Quién me había arrastrado al interior del auto?
No podía tratarse de otra persona intentando asesinarme,ya sería demasiada mala suerte para una sola persona.Debía ser la misma persona,tenía que ser Joh Campbell.Pero,una vez más me preguntaba ¿Qué tenía que ver esa anciana con esto? Esa cuestión me confundía mucho.
Mareada,con dificultad para enfocar la vista, sintiéndome limitada a mover la cabeza, alcé lánguidamente el mentón, topándome con el rostro de ese señor.
¿Cómo resultó ser el señor Campbell ese hombre tan horrible?
—Hola,Jenne.
No estábamos solos.
No sabía quién estaba aquí además de nosotros,pero ese alguien había posado una de sus manos sobre mi hombro.En mi condición,bajo el efecto de un relajante que no me permitía concentrarme del todo en algo,me pareció que podía ser una alucinación.Sin embargo,la persona apretaba mi hombro cada vez con más fuerza.
¿La anciana?¿Zarah?¿Alyssa?
—¿Qué te pareció mi madre? Una anciana encantadora ¿Verdad? —soltó con sorna antes de reír —.Debería haber sido actriz en lugar de enfermera.Aunque sus dos talentos han servido de mucho.
Así que esa anciana era su madre.
¡Maldita vieja!
No dije nada,no pude,no podía hacer nada más que pensar.Ni siquiera mantener firme mi propia cabeza,se bamboleaba sin parar,y yo yacía inclinada hacia delante como si estuviese...sentada,pero algo me sostenía las manos por detrás.
Claro.
Estaba atada en un silla.
—Mi madre siempre odió a la ofrecida de tu abuela,así que estuvo más que dispuesta ha ayudar a su hijo favorito a recuperar lo que por derecho le pertenece —comentó aproximándose a mí y tomando mi rostro bruscamente con una de sus manos,casi enterrando la punta de sus dedos en mi piel —.Te ves fatal.
Y me sentía fatal.
El efecto de la droga comenzaba a desvanecerse al parecer,porque me dolía el cuerpo,la presión de sus dedos en mi rostro se percibían como dagas,y la cabeza se sentía como si fuese a estallar.
—¿Qué crees? —Preguntó,pero no a mí,a la persona detrás de mí.
Enseguida se escucharon risas,una risa fuerte masculina mezclada con una delicada, femenina.
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Ajena [✓] ©
Novela Juvenil«Las paredes de mentira caen por tormentas de verdad». La vida de Jenne Holder no ha sido el camino de rosas que le prometió su padre de pequeña, pero ella no se lo tomaba en cuenta debido a que había fallecido tiempo atrás. En un accidente en el qu...