Capítulo 40

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Daxell Mekkel

¡No! ¡No! ¡No! ¡No!

A penas salgo del examen,y me encuentro con este mensaje.

Voy al encuentro de Jenne,y no está donde debía.

La llamo,y no contesta la llamada.

Esto no puede significar nada bueno.Ella puede resultar testaruda a veces,pero sabe del peligro que corre su vida,y el mensaje que me envió es la prueba de que está consciente de ello.

Algo le había sucedido.

Sotenía el teléfono entre mis manos,temblaba de nerviosismo, ansiedad, frustración, pánico,incertidumbre.

Tenía un presentimiento nada lindo.

Alguien pasó por mi lado corriendo,chocamos hombro con hombro y escuché como gruñía un «¡muévete imbécil al alejarse.Hasta ese instante caí en cuenta de que me encontraba estático,obstruyendo el paso de las personas,mirando a todos lados como un cachorro perdido,me sentía desorientado.

Bajé la vista a la pantalla del móvil y, tan rápido como pude mover mis dedos, marqué el número de Ashe.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

¡Mierda!

No puedo creer que no vaya a contest...

—¿Sí? ¿Daxell? ¿Qué pasa? —Atendió el teléfono con un tono pasivo,relajado.

Lo perdería en cuanto supiera.

Se volverá loco.

—Creo...Ashe creo que él la tiene —comuniqué con un nudo en la garganta mientras daba grandes zancadas en dirección a mi auto —.Creo que Campbell tiene a Jenne.

—¿¡Qué mierd...!? ¿¡Cómo pasó eso Daxell!? —Podía imaginarlo,levantándose con desesperación de su silla y moviéndose a toda velocidad para llegar con el personal y darle las indicaciones necesarias mediante señas,en tanto hablaba conmigo y tiraba de sus cabellos internamente llevando la preocupación por una persona a los extremos.

Lo entendía.

Era su hermana.

—Yo estaba en un exámen desde la mañana —escupí prendiendo el auto luego de colocarme el auricular y ubicar el móvil en el soporte con la conexión al sistema de la empresa en proceso de establecerse  —.Le dí todas las indicaciones,le alerté sobre quién era peligroso,sabía que demoraría,por eso le dije que se mantuviese rodeada de personas,yo... —di un golpe en el volante con furia saliendo con más velocidad de la que seguro era permitida —...yo no sé que pudo haber sucedido.

Mis nudillos se volvieron blancos ante la presión con la que agarraba el volante.

Me descolocaba no tener el control de la situación,y más aún cuando eso podía significar que saliera dañada una persona que me importa.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora