Capítulo 11

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Jenne Holder

—Gracias —Soltamos al unísono dirigiéndonos a el chico tatuado detrás de la barra.

—Creo que estamos pensando en lo mismo —masculló Zarah echándole ojeada atrevidas al chico de la barra —.Está muy bueno.

—Sí —dijo Grace.

—¡No! —Mentí comenzando a reír como una foca epiléptica.

—Claro, claro...Santa Jenne —Se burló de mi reacción mientras tomábamos asiento en una mesa con nuestras bandejas.

Hamburguesas con queso extra,doble ración de papas fritas y una malteada extra grande.

¡A ingerir calorías se ha dicho!

Luego de toda la situación en el restaurante volvimos a nuestro departamento. El apetito no tardó en regresar,así que coincidimos en que era una buena idea venir a este local,a una calle de nuestro edificio,y al fin compartir ese momento de compañeras del que habíamos hablado en la mañana.

—Ese chico es todo mi estilo —comentó la morena antes de darle un mordisco a su hamburguesa y tragar de inmediato para seguir hablando  —.Esa pinta de malote.

—Sí,es guapo.

—Para mi tienes muchos tatuajes —soltó Grace —. Pero se los borraría a lengüetazos.

Reímos.

—Tu tienes cara de que te gusta que te traten con romanticismo y esas cosas —me señaló.

—Me gusta eso,como en las películas,pero aún no he tenido tanta suerte —Le di un sorbo a mí malteada haciendo un puchero.

—Deberían darle pena de muerte a los que hacen ese tipo de películas,nada de eso pasa en la vida real,solo sirven para crear ilusiones —Se quejó Zarah para luego morder con rabia una papita,como si tuviese la culpa de todo lo que le molestaba.

—A alguien por aquí la ilusionaron y luego la decepcionaron,pero no quiero decir quién eres —reí por lo bajo.

—Uf —Grace hizo una mueca y se dispuso a mirar por la ventana.

Me arrepentí de inmediato de haberlo dicho.

—Lo siento.

—No te disculpes,tienes razón,y tú no eres el idiota que me elevó para luego dejarme caer —limpió la comisura de su labio con una servilleta —.Pero si lo conoces.

Listo,ya se volvió incómodo todo.

Obvio que sabía de quién se trataba, él mismo me contó la historia.

Ahora tenía que actuar como que todo me tomaba por sorpresa,como si ese ex al que le guardaba tanto resentimiento no se hubiese acercado a mi intentando ligar,como si la pulsera que llevaba ahora mismo no me la hubiera obsequiado él.

Ahora me sentía en un aprieto.

—Dexter ¿Verdad? —No quería fingir.

Me costaba hacer amigos.La mayoría de los amigos que tuve durante mi vida se los debía a Haak,nunca se acercaban a mí primero.Desde que murió mi única amiga fue mi mamá.No me quejaba de ello,pero ahora estaba Zarah, Grace, Camille, que se habían acercado a mí,y quería ser una amiga digna.

—¿Él te contó? —indagó curiosa cruzándose de brazos.

—Algo comentó.

—¿Qué se cree? ?Que puede ir por la vida comentando lo que sucedió? Idiota —Ladró con furia dejando de lado su comida.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora