Jenne Holder
—Estás horrible —Comentó Zarah haciendo una mueca.
A ver.
Una borracha hace que me despierte temprano y, además,me dice que estoy horrible.
Esto es el colmo.
Mi colmo.
—¿Ah sí? —pregunté secamente,sin energías ni para sonar irónica —.Quizás se deba a que me acabas de despertar.
—Lo siento —se disculpó formando una sonrisa apenada con sus labios —,solo quería que supieras que estaré fuera una semana.Para que no pensaras que había muerto a causa de mi ebriedad.
La repasé por primera vez notando que estaba muy arreglada,llevaba una maleta de ruedas agarrada con una mano,y unos lentes en la otra.
Y sí que los necesitaría.
—Esta bien,pero...no bebas —agregué —.Por el bien de tu propia reputación.
—Okay.
Sentí la puerta de entrada cerrarse y me dejé caer en la cama nuevamente pero,apesar de mi estado de somnolencia,no podría volver a dormirme.
Así era yo.
Busqué una ropa de deporte para ponerme luego de asearme,y salir a dar un paseo matutino.
Tenía que aprovechar el estar despierta un domingo tan temprano.
[...]
Hacía un buen clima.
Aunque los rayos del sol eran muy tenues,acariciaban mi rostro delicadamente,e iluminaban lo suficiente para dejar claro que era de día.El otoño ya estaba intensificando sus efectos en la naturaleza,la brisa fría y húmeda de la mañana lo confirmaba.
Por suerte,el conjunto deportivo que llevaba se acompañaba de un abrigo.
El cielo era de un color celeste pálido,anunciaba que más tarde podría llover,y creo que eso pasaría.
Algo liviano se topó con mis pies quedando quieto entre ellos,interrumpiendo mi caminata por el Parque Central.
Era un balón de fútbol.
Enseguida un niño se acercó corriendo, y se mantuvo mirándome fijamente por un instante.Tenía unos ojos azules vivaces,y bastante abiertos,como si esperara que lo mordiera y luego pinchara su pelota.La tomé del suelo y me dispuse a entregarsela pero,sin pensarlo dos veces,se alejó corriendo, nuevamente.
Se encontrará visitando a algún estudiante de la academia.
Seguí sus pasos con mi mirada,se detuvo junto a una mujer y un chico rubio que conocí de inmediato:Julian.Ahí me di cuenta de que no sabía mucho de Julian.No tenía idea de que tenía un hermano pequeño que venía a visitarlo acompañado de una mujer que parecía ser su madre,no tenía idea de casi nada,solo sabía sobre sus líos amorosos.
Y ni siquiera me había contado su versión.
Con la pelota entre mis manos me acerqué a aquellas personas.
—Hola —Saludé sonriente.
El pequeño de ojos azules me observó espantado,tal vez pensaba que lo estaba persiguiendo.
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Ajena [✓] ©
Novela Juvenil«Las paredes de mentira caen por tormentas de verdad». La vida de Jenne Holder no ha sido el camino de rosas que le prometió su padre de pequeña, pero ella no se lo tomaba en cuenta debido a que había fallecido tiempo atrás. En un accidente en el qu...