Capítulo 35

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Jenne Holder

En un momento me encontraba de pie, arañando la superficie de la mesa con ambas manos,a un ritmo tortuoso, abriendo y cerrando la boca levemente, sin soltar palabra alguna.

No tenía una idea clara de que quería decirle.Solo sentía la necesidad de destrozarlo con un millón de palabras negativas y violentas,tal vez lanzarme a golpearlo también,o hacerme un ovillo en el suelo pidiéndole que se marche lejos de mí mientras lloro.

Realmente necesitaba todo aquello,no obstante,solo pude balbucear sin sentido.

Ni siquiera había tenido un tiempo desde que desperté para retorcerme con el vago recuerdo de Kyan en aquel lugar,o con la horrible idea de que él apoye al hombre que quiere matarme.

Me hacía sentir traicionada de la peor manera,utilizada.

Puede que aún estuviese viva,pero gracias a él una parte de mí había muerto.

Sentía que no lo veía hace meses.

Se había convertido en un conocido al que volvía a encontrar después de mucho tiempo,al que no le tenía ni un mínimo de confianza,pero sí muchas cosas que decir aunque no supiese por donde comenzar.

Creo que eso nos ha pasado a todos.

—¿¡Qué haces aquí!?¿¡Cómo has entrado!?¡Vete! —Escupí con dificultad para respirar a causa del enojo y la rabia.

Se escuchó el «bip» que advierte el acceso de alguien a la oficina.

Gracias a Dios.

Mi hermano.

Se veía muy agitado, exhausto, tomando bocanadas de aire y con la espalda ligeramente encorvada mientras sus manos descansaban sobre sus caderas,como si hubiese llegado...corriendo.

Alternaba la mirada entre Kyan y yo con los ojos muy abiertos.

El sabía que Kyan se encontraría aquí y,al parecer,esperaba encontrarnos en otra situación,no esperaba que solo hubiese silencio.

Algo estaba mal aquí.

En realidad, TODO estaba mal.

Kyan,cómplice de un plan para asesinarme,entraba a la agencia como perro por su casa,mi hermano lo encontraba relativamente cerca de mí y ni siquiera era capaz de lanzarse a golpearlo,o llamar a alguien para que lo llevaran tras las rejas.

Nada cuadraba.

Y me molestaba estar ajena a la situación.

Una vez más.

Sin embargo,me sentía incapaz de armar un lío por ello.La rabia se había transformado en una incertidumbre abrumadora,estaba perpleja,y solo quería respuestas que calmaran el mar salvaje de preguntas que inundaba mi cabeza.

—¿Qué hace el aquí, Haak? —Me dirigí a mi hermano,sin deseos de escuchar siquiera la voz de Kyan,y esperando a que Haak me dijese la verdad.

Él caminó en dirección a su escritorio,donde estaba yo.Posó una de sus manos sobre mi hombro pidiéndome que le diese el lugar y tomó asiento.Apoyó los codos sobre la mesa antes de hundir su rostro entre sus manos y suspirar sonoramente.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora