Extra 1: Día de los inocentes (I)

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Hola🤧 Me da mucha nostalgia actualizar "Ajena" después de tanto tiempo...y miedo tan Jjj. Espero que les guste este primer extra ❤️


Breve explicación (necesaria) del tiempo y espacio en el que se desarrolla el extra: [1 año y algunos meses después del capitulo final: Han pasado muchas cosas. Jenne y Zarah, luego de un tiempo alejadas por obvias razones, son amigas. Los gemelos, el hermano de Jenne, y la propia Jenner viven juntos en un departamento cerca de la FEL que compraron con el dinero de la herencia. La madre de Jenne continúa en el retiro porque no se siente bien fuera, no concibe volver a casa y no ver a su esposo. Aunque está muy feliz porque su hijo mayor está vivo y ambos van a verla cada finde.]

Especial 1: “Dia del inocente (I)”

Jenne:

—Ni de broma. No cuentes conmigo —digo.

Rodeo la isla de la cocina para abrir la nevera y tomar la leche. Zarah me persigue de cerca, casi pisando mis talones. Aunque está a mis espaldas y no puedo ver su rostro adivino que tiene su vista fija en la parte trasera de mi cabeza. Pero la ignoro. Retrocedo sobre mis pasos de vuelta al taburete del otro lado de la isla. Tomo asiento y vierto la leche en el tazón azul con cereal de colores que tengo delante antes de comenzar a comerlos. Ella se ubica a mi lado.

—Puedes perseguirme todo el día, no te voy a ayudar. Es una malísima idea —opino y continuo engullendo el desayuno.

—Yo no le veo el problema ¿Qué es exactamente lo que te parece mal? —cuestiona observandome fijamente —. ¿Qué tenga que ver con chicos?

—Zarah, vivo con tres chicos.

—Cierto.

—Lo que me parece mal es ese chico sea mi hermano. Alguien que tiene 60 años mentalmente y, por tanto, no es el mayor fan de las bromas.

—Pero esta sí que le va a gustar.

—¿Cómo sabes?

Últimamente Zarah y Haak sí que estaban muy cercanos. Ella pasaba mucho tiempo en el departamento, varias veces cuando mi hermano pasó por mí al bloque de artes plásticas ella iba en el auto, en nuestras conversación él era un tema fijo. No era idiota, sabía que había algo entre ellos, pero de ninguna forma ella lo conocía más que yo.

—Solo lo sé, Jenne —se encoge de hombros. Entrelaza sus manos por delante de su pecho y adopta una expresión suplicante.

—Ay, no.

—Por favorcito —arrastra la “o” hasta que su voz fue demasiado aguda.

—Basta.

Inhala profundamente e insiste:

—¡Por favorcito!

—Está bien, está bien. Me ducho y te acompaño para las compras —me resigno.

—¡Jenne!¡Jenne! —Dex entra en la cocina apresurado y alterado. Revuelve su cabello con ambas manos con exasperación —. ¡Mierda! ¡Mierda!

—¿Qué sucede, Dex? —cuestiono poniendome de pie. Dexter no suele alterarse por… prácticamente nada, así que me preocupo. Él me observa con los ojos muy abiertos y niega con la cabeza —. ¡¿Qué me digas que sucede, Dexter!?

Me acerco a él, lo agarró por los hombros y lo sacudo para hacerlo entrar en razón y hablar.

—Es Haak… Él… En su habitación…

No espero a que continue con su frase ilógica y discontinua. Aunque ha pasado más de un año desde que Joh salió de nuestras vidas, aún vivo con algo de miedo alojado en un rincón de mí que, ante cualquier señal de peligro, sale a flote y me descoloca. Subo las escaleras de dos en dos escalones. Cuando compramos el apartamento de dos niveles con escaleras sin pasamanos nunca pensamos en que un día tendríamos que subirla a toda prisa y lo necesitaríamos. Por suerte, tambaleo pero no caigo. Llego hasta la puerta de la habitación de Haak y la abro para luego introducirme en la estancia sin previo aviso.

—¡Ah! —cubro mi rostro con ambas manos retrocediendo bruscamente —. ¿Qué mierda? ¡Cúbrete, Haakon!¡Cúbrete!

—“¿Qué mierda?” pregunto yo Jenne —espeta mi hermano con indignación —. ¿Por qué entran así a MI habitación. Ya puedes voltear.

Dejo caer mis manos a ambos lados de mi cuerpo y volteo para ver a mi hermano delante de mí, y a Zarah a mi lado. Él ahora esta envuelto en una sábana y con una mascarilla facial de pepino, lechuga, o que se yo, aplicada. No puedo evitar reír al verlo así ahora que veo que se encuentra bien y la tensión pasa.

—¿Usas mascarillas en la mañana? —inquiero.

—¿Algún problema? No todos tenemos una piel exenta de grasa —se dirige a una puerta ubica a sus espaldas que constituye la entrada a su baño personal.

—No digo nada —hago como que cierro mi boca como si fuese el cierre de unos jeans.

—Te ves bien —interviene Zarah sonriéndole a través del espejo del baño. Él le devuelve la sonrisa —. ¿Dónde la conseguiste?

—Fue un regalo. De Dexter —cuenta vertiendo gel de baño en una esponja y abriendo el grifo del lavabo a continuacion —. Dice que tu piel da un cambio radical. Cuando quieras usarlo aquí esta.

Se sonríen de nuevo.

Okay. Nada incómodo.

—Pero... ¿Podrían decir ya por qué entraron a mi habitación de esa forma? Podría haber estado haciendo… cualquier cosa —investiga mi hermano antes de mojar su rostro con una de sus manos.

—Por Dios, Haak. Todos sabemos que los hombres están obsesionados con masturbarse, que no te de vergüenza decirlo en voz alta —suelto y rio mirando a Zarah y a mi hermano respectivamente. Pero no recibo una sonrisa de vuelta de ninguno así que resoplo y me pongo seria.

—Entonces… —comienza a restregar su rostro con la esponja haciendo círculos sobre su piel.

¿Dónde aprendió eso?

—Estaba desayunando y charlando con Zarah cuando llegó Dexter armando todo un espectáculo…

—Ay, no —me interrumpe Haak enjuagando sus rostro con fuerza antes de mirar sus reflejo en el espejo. Su rostro continuaba verde —. No se quita ¿Qué tenía esto?

Toma un frasco pequeño. Lee las instrucciones, los ingrediente. Lo abre y lo olfatea. Me llega un olor conocido y le arrebato el frasco de la mano. Inhalo profundamente sintiendo una comezón en la garganta instantánea y ya se de que se trata.

—Esto está mezclado con pintura al óleo, Haak —informo.

—¿También a ustedes? —bajo el arco de la puerta se encuentra Daxell. Un poco diferente al que recordaba de la noche anterior. Quizás que tenía el cabello algo ¿rosado fucsia? Pareció leernos la mente porque se adelanta a las preguntas —. Se me acabó el champú ayer y mi maravilloso gemelo me regaló uno de fresas, y ahora tengo el cabello rosado ¿Coincidencia? No lo creo. Veo que a tí no te fue mejor, eh Haak.

Se rió. Daxell casi no reía, así que me quedo un poco tonta observándole. Hasta que nuestras miradas coinciden y dirijo mi atención a mi hermano nuevamente.

—A mí me insinuó que le pasaba algo a Haak, por eso estoy aquí…

—¿Dónde está? —pregunta mi hermano con la expresión que adoptaría alguien a punto de cometer un asesinato.

—Abajo. En la cocina —responde Zarah.

Todos nos movemos en busca del maldito de Dexter. Zarah se acerca a mí y susurra en mi oído:

—Mejor cancelamos la broma a tu hermano.

—Sí, mejor —coincido.

Cuando nos encontramos en la cocina no hay señal de la presencia del gemelo bromista. Solo algo que no estaba antes, una tarjeta de felicitaciones junto al tazón a medio comer de cereales. La agarro y se las muestro.

—¿Qué dice? —inquiere Daxell.

—Feliz día de los inocentes para mi pinky-bro, haak-hulk y scary-Jenne. Los quiero ❤️.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora