Capítulo 3

1.7K 216 49
                                    

Jenne Holder

A la salida nos esperaba un coche negro ostentoso, de esos que sabías que eran caros sin que te mostraran el precio. El cristal de las ventanillas se ocurencia bajo el contacto de los últimos rayos del sol en el horizonte, impidiendo vislumbrar quien se encontraba dentro.

Pero me hacía una idea.

Rodeamos el auto para llegar al lateral izquierdo, Zarah se introdujo por la puerta del copiloto. Deduje que iría detrás. Acompañada de Grace, noté al abrir la puerta.

—Zarah, necesitamos hablar.

—No es el momento Julian —Espetó Zarah girando su rostro en dirección a la carretera, como si quisiera evitar la mirada del rubio.

Para nada incómodo. Me pregunté si habría algo más que amistad entre ellos. El rubio suspiró, rendido ante la negativa de Zarah, y prendió el auto.

—Solo me pregunto ¿Cuál será el momento? —reprochó Julian echando una ojeada a donde nos encontrábamos Grace y yo antes de devolverle la atención a Zarah y al volante. Lo decía en voz baja, pero éramos cuatro dentro de un auto. Estaba de acuerdo con Zarah, no era el momento —. Intento darte tiempo, pero no depende de mí.

—No me presiones —soltó Zarah entre dientes mientras clavaba sus uñas en el borde del asiento.

Era raro. Antes, en el departamento, parecían llevarse muy bien. Sonreían. Ahora parecía que no podían respirar el mismo aire por demasiado tiempo.

—Bien —dejó de insistir Julian menguando la velocidad para doblar en una curva —. Pero yo tampoco quiero presión para mí, Zarah.

—Hoy no será, tenemos tiempo ¿Contento? —escupió Zarah volviendo la cabeza violentamente hacia el conductor, y creo que todos nos exaltamos un poco por el tono tosco y aireado que utilizó.

—Ok.

Grace, quién se mantuvo callada como si no tuviese nada que opinar, no quisiera hacerlo o no se lo permitieran, se volvió hacia mí.

—¿Qué cursarás? —sus labios se curvaron en una sonrisa amable —. Yo artes escénicas.

—Artes plásticas —dije. Sentí que lo había dicho más seria de lo que pretendía porque aun me encontraba incómoda por la ¿discusión? entre Zarah y Julian —. Me gusta eso de pintar y tal.

—Sí —rió —, me hacía una idea.

—Yo Literatura —intervino Zarah torciendo el tronco para mirar a través del espacio entre ambos asientos delanteros —. Julian artes escénicas como Grace. Él en tercero y nosotras primer año.

—¿En serio? —cuestioné con asombro —. Pensé que eran de segundo o tercero.

Ellos rieron. No pude evitar sentirme un poco estúpida. Ellos se conocían, yo era la extraña.

—Esta es prácticamente la segunda casa de Zarah. Su hermana está en tercer año de audiovisuales —Comunicó la morena a mi lado.

—Tu... debes ser muy buena en lo tuyo. No es fácil obtener una beca aquí —dijo Zarah mirándome con interés.

—Sí, lo sé.

Me sentí fuera de lugar. Estaba claro que ninguno de ellos era becado. Su forma de vestir, y hasta de respirar, gritaba «nací en cuna de oro» a los cuatro vientos. Así que esperé asombro de su parte al escuchar que entré por una beca, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Se lo tomaron como algo sin importancia. Eso contribuyó a que me relajara un poco.

—Y ¿Te gusta beber?¿Bailar?¿Divertirte? —Indagó Julian sin apartar la vista de la carretera.

—Claro —No lo hacía hace mucho, pero sí. Creo.

Ajena [✓] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora