Capitulo 10.

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Margoth Collins.

Ya empezaría con tratamiento. Pero por una parte ya tenía un plan, incluyendo cada problema o cada cosa siempre me parece guardarme tantas cosas para mí.
Se me olvidó que no había salido de mi habitación, ya era hora de comer. Baje las escaleras con tanta fatiga tomando un tazón grande y decidiendo que en vez de arruinar mi vida, la viviría hasta que una de cada locura me mate.. eso era..serví leche en la taza y busque cereal para al menos ahogar mis ideas en azúcar.

  — Aquí estás, ahora sí esto sera un buen provecho— sonreí como loca a mi taza de cereal, creo que sí tuviera más edad me vería deprimente, estando sola comienzo cereal y con mis 7 gatos.

Y vaya que si sería una idea que encajaría con este momento.

— Solo falta engordar— me dije mientras iba camino a la sala a sentarme y ver cualquier programa pero tocan el timbre.

¿Qué no pueden avisar por teléfono cuando van a venir?

Me acerque fastidiada a la puerta, seguro mi papá se les olvidó las llaves tendría que ser más responsable.

— La próxima llévate tus llaves, tal vez en una de esas me encuentro desnuda tratando de no caerme en la ducha por abrir— contesté, al notar de quién se trataba estube con tanta vergüenza que creo que fue lo peor que pude decir en mi vida.

— Eso sí sería interesante de ver, la próxima me avisas — fue Richard con su sonrisa tan amplia que quería que en ese instante me tragara la tierra.

— Disculpa, pensé que era mi papá— defendiendo mi vergüenza pero ah...Ya estaba acabada con eso

— No te preocupes, oye quería hablar contigo.

—¿Conmigo?— alcé una ceja interesada.

— Sí, ¿Será que se puede?

— Eh si claro— estire la mano invitándolo a pasar, ambos nos sentamos en el sofá y tome mi taza y se la señale.

—¿Quieres?

— No gracias, además es impresionante que alguien pueda llenar un tazón tan grande de tanto cereal.— ignore su comentario, como podía decir eso sonó muy cretino pero lo ignore y di otro bocado sin mucha importancia.

— ¿Tú estás saliendo con Richard?

Casi me ahogo con el cereal, cuando empezó a darme breves palmadas y recobré el aliento.

— No, pero a qué se viene ésa pregunta.

El sé incorporo en el sofá y dedico su gran mirada de ojos azules. Porque estos chicos los hacen tan perfectos. No es normal tenía tiempo sin salir desde la última vez qué sali con Richard.

— Entonces eso significa que puedo invitarte a salir el sábado, excelente— el aire se puso un poco tenso y al ver que el quería salir conmigo.. ¿Conmigo?

Parecía broma pero me invitaron a salir y esto estaría bien para el comienzo de mi rebeldía. Que vivan las personas con ideas así de locas.

— Acepto entonces, pero primero debo saber a dónde iremos

— Créeme te gustará.— menciono el con aire de tranquilidad.

Me hizo sentir intrigada, pero el no sabía nada de lo que me ocurre y estaría bien distraerse un buen rato de otras cosas, mientras que nos mantuvimos en silencio vino a mi cabeza Richard..
¿Ahora quieres entrar en mi mente? Que sucede contigo.

— Bueno te pasaré buscando el viernes, cuídate señorita— se acercó a mí y se despidió con un suave beso en mi mejilla

Qué de un impulsó me levanté, lo acompañe a la puerta y cerré. Lo primero que vino a mi cabeza de ese chico es que sus visitas eran lo suficientemente cortas pero no me incomodaba adsolutamente nada. Era agradable pero no sentía mucha forma de hablar con él, en fin tal vez sean ideas mías. Iba a llevar mi taza a la cocina cuando volvieron a tocar la puerta, no me digas que se le olvidó decirme algún otra cosa Boris, me acerque a la puerta con pasos tan flojos qué al dedicar mi mirada a la puerta, no podía imaginarlo era Richard. Justamente atraído por cada uno de mis pensamientos y no entiendo cómo puedo pensar en ese sujeto.

— Chica de ojos ámbar.— menciono, pero su voz no se encontraba tan bien, que se me hizo lo bastante extraño.

Incluso con esa expresión tan de pocos amigos, se veía muy bien con una camisa amarilla y un gran logo gigante de una patineta, con su gran combinación de pantalón negro y unos zapatos deportivos. Y bueno su rostro estaba tan tallado de buenos rasgos qué solo en observarlo quedabas impresionante. Sus cejas, sus ojos y su tatuajes acompañaban todo a juego. Y si parecía una boba mirándolo que ni yo me había dado cuenta

—¿Estás en las nubes?— comento haciendo volver a la realidad, moví la cabeza varias veces y acerté.

—¿Que sucede?

— Quiero hablar contigo, puedo pasar.

— Uh— moví los labios incómoda mente, pero después accedí y lo deje pasar.

Tras eso cerré, y nos sentamos en la sala estaba terminando de recoger el cereal

— ¿Eso es froot loops?— dijo señalando la bolsa.

— Si, no me vengas a decir tu también que no te gusta.

El arrugó la cara y se levantó, tomando la bolsa y abriendo su contenido para colocarlo en su boca, yo lo miré asombrada y con mucha gracia.

— Como alguien puede decir que no le gusta el Froot loops me comería dos tazas completas.

— Vaya— contesté divertida, buscando otra bolsa de cereal y  sentada allí fue algo que no me espere pero ese silencio al comer cereal con el fue único.

— Supongo qué el que te comento de lo aburrido que era fué Boris.

No pude evitarlo que voltee a observarlo.

— Si lo ví salir, pero bueno quería decirte que saldrás conmigo el sábado.

— ¿Es una broma?— mi asombro no podía notarse más porque realmente me parecía algo incrédulo.

— No— dijo secamente.

— Estaré ocupada.

— Se que no lo estás, pasaré por ti en la tarde.

Si Richard estaba siendo de las suyas, pretendía qué las cosas funcionen de esa manera y déjame decirte que esas ideas no van con las mías.

Dame 24 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora