Capitulo 9.

45 9 0
                                    

Margoth Collins

Después de la discusión con el doctor no tenía muchas ganas de nada no podían respetar mi decisión no seguiría con mi tratamiento. Solo quería que aceptarán lo que era obvio y por más que doliera era así.

Tocaron la puerta, no quiero volver a discutir con ninguno de los dos solo quería dormir hasta salir en un par de horas aquí.

— No quiero hablar.— mencioné irritada viendo a la pared.

Volvieron a tocar, serán idiotas no comprenden que quiero estar sola.

— No quiero ver a nadie.

Pero no comprendieron, y sentí que poco a poco empujaron la puerta cuando mi mirada enojada se dirigió a la dirección a quien era que venía a volver a discutir.

— Te dije que no querí... Quedé callada se encontraba adelante de mí Richard, ¿Que hacía aquí?

— Hola chica de ojos ámbar.— cerró la puerta y se acercó a mí.

— Hola..— no comprendía sus intenciones.

— ¿Que haces aquí?

— Verte, ya que quería saber cómo te deje después de traerte al hospital.— mis ojos se abrieron como platos a tal comentario que no imaginé que de todas las personas que estuvieron allí, ninguna me pudo ayudar.

Vaya la gente apesta, me sentía un poco apenada que tuve que hacer un esfuerzo para hablar.

— Uh supongo que gracias, por traerme al hospital.

Movió sus hombros indiferente y dedico una pequeña sonrisa de lado, me veía demasiado y eso me estaba poniéndome nerviosa.

— Así que tienes leucemia.

— ohh— trate de poner cara de asombrada como si hubiese descubrido algo impactante.

Ignoro mi comentario, y colocó su mano en su nuca.

— Chica de ojos color ámbar me sorprendiste.

— Creo que me gusta ser distinta— le sonreí sarcásticamente

— Te llevas el primer lugar

— ¿En serio? — alcé una ceja esperando su confesión— porque no te fuiste cuando me dejaste aquí.

Su mirada era sería, como si escondiera muchas cosas. Pensó por un momento y hizo una breve pausa analizando lo que iba a decirme hasta qué me estiró su mano.

— Porque quería proponerte un trato señorita Collins.

— ¿Un trato?— lo mire confundida

— Sí

— A ver ¿Que trato?

— Bueno primero tu padre me pidió que te convenciera qué empezarás a tomar tus medicinas.

— ¿En serio?

No podía creerlo apenas conocía a Richard, y realmente estaba enloqueciendo si creería qué él me convencería de cometer cierta cosa.

— Margoth, no es mi asunto si deseas vivir o no pero eres egoísta por no pensar en tu padre..— observandome con esa mirada tan pesada y cada vez se sentía la tensión entre nosotros.

— No tienes derecho a opinar que quiero o no.. así que si viniste a darme está charla es mejor que te vayas.

Señalé la puerta de mala manera, y Cruze mis brazos me sentía enfadada y con ciertos de problemas no quería que me diera consejo además alguien que se ve que su vida está más tranquila qué la mía.
No comento nada al respecto su silencio era tan incómodo, como pueden preocuparse.
Salió de la habitación, entendí que ya no lo volvería a ver porque fui lo bastante clara cada vez qué creemos que con las acciones "Salvamos" a alguien resulta que nos ahogamos con esa persona. No quiero que el se ahogue tratando de entrar en razón, necesitaba una breve siesta pero en mi casa no quería permanecer más tiempo aquí. Hasta qué volvieron a abrir la puerta y se encontraba el de nuevo, lo observé y cuando iba a mencionar otra palabra el me detuvo entregandome algo.

—¿Que es?— pregunté examinando cuidadosamente el papel.

— Lee y después te explico mi trató.

Extrañada por su insistencia, abrí el papel y como tal sorpresa no pude evitar.

— ¿ Te enamorarías de mi en 24 días?— al pronunciar cada palabra me resultó un poco extraño qué volví a dirigirle la mirada el solo se encontraba en silencio, con ambas manos en sus bolsillos..

— Lo dices en serio.

— Tengo cara de que esto es un ¿Chiste?— respondió serio y si supe que no era para nada una broma..

— ¿Porque te enamorarías de mi?

— ¿Porque no hacerlo?— Alzó una ceja, sin dejar de notar lo serio con respecto a esto.

Mordí mi labio inferior analizando todo este asunto. No creo que pueda enamorarme al menos en estos momentos y menos en 24 días. Que gana el con esto.

— ¿De que se trata ese tal trato, tiene que ver con eso de los 24 días?.

— Te enterarás cuando te invite a salir, nos vemos.

Salió de mi habitación dejándome con mucha inquietud y dando a estallar todas mis dudas.


[•]

— ¿En serio? — grito como loca Alice después de lo que le había contado

— Cálmate— tomando una almohada de el mueble y viendo cómo mi querida amiga se veía alterada y quizás molesta por algunas cosas con respecto a mi enfermedad.

— ¿Si vas a empezar a tomar tu terapia en serio?— pregunto ella

— Supongo, aunque no prometo nada.

— Espero que cumplas y te cuides.

Fue lo bastante extraño no verla con William ya que ahora salían más frecuente y eso era a veces incómodo. Y si se estaba robando a mi mejor amiga, pero no la culpaba ella sonrió y luego me mantuvo viendo esperando que contara algo más. No podía evitar pensar en Richard era extraño pero en cierto modo esa idea que tuvo no era mala tal vez sea divertido aunque jamás podré entender sus verdades intenciones
_

— Margoth ¿Paso algo más en el hospital?— su interrogativa era más que obvia a veces me culpaba a mi misma por no saber ocultar mis emociones ya que suelo ser obvia.

— Umm, prácticamente nada.

—¿Segura?

— Si, bueno también que Richard estuvo en el hospital.— Lo pronuncie con un poco de incomodidad,mientras que Alice se quedaba con la boca abierta estaba un poco hipnotizada.

— Deee verdad— salió más un balbuceó de su parte pero lo ignore y asentí.

— Si realmente, y tiene una propuesta, pero no sé de qué se trata.

— ¿Que querrá contigo?

— Enamorarme.

— ¿De verdad?

— Si ese el parte de su plan pero no sé el porque.

Me sentía confundida, esas actitudes de ese chico eran bastantes extrañas pero algo me decía que sería increíble de que se trae entre manos.

— Es realmente extraño ese chico.

— Si supongo, pero sabes que es lo ¿Peor?

—¿Qué?— miro a mi dirección.

— Que no me molestaría enamorarme dé el.

Nos quedamos en silencio, y nadie mantuvo ninguna palabra simplemente disfrutamos esa tal confesión.



 

Dame 24 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora